Por primera vez, Alvaro Navia (52), Waldo, protagoniza un espectáculo que moldeó a su estilo de risas para toda la familia. Papá de Benicio y de Joaquina, tiene como gran sustento a Vanina Escudero, con quien comparte días y noches hace diez años.“Es un verano muy especial para mí. Primero, por la oportunidad que me dan de encabezar, en una temporada de tantos espectáculos de primer nivel. Y por estar en un teatro tan importante como es el Holliday, con Gladys Florimonte y Belén Francese, Andrés Teruel y un gran elenco. Es una obra que pude dirigir, armé, pensé, hice la puesta de luces, realmente es un sueño para mí después de todos los años que vengo trabajando. Hoy siento que me estoy ganando un lugar después de tanto esfuerzo y dedicación a esta carrera. Sabíamos que este verano no podía pasar nada mágico, que fuese distinto a lo que pasó en diciembre y en noviembre. Es un año difícil pero sentía que tenía que arrancar. Yo no vine a ganar en recaudación, en boleterías, lo que hice al pisar Carlos Paz fue aprender, vine a marcar un punto de partida para hacer muchas temporadas aquí. Renové las energías para empezar una carrera nueva. Confío mucho y tengo la esperanza de que este país mejore. Y para que mejore nos tenemos que quedar acá y hacer el esfuerzo todos. A todos nos cuesta mucho y, de alguna manera, no la estamos pasando bien, pero esto tiene que mejorar por nuestros hijos, por los abuelos…”.
Detrás de todo gran hombre… “Vanina es una gran compañera. Nuestra familia, la que formamos con ella y nuestros dos hijos, funciona como un equipo. En algún momento, a ella le toca hacer los goles y yo soy el que defiendo, me quedo en casa, cocino y nos bancamos cuando ella tiene muchas cosas que hacer. Ella fue la primera que me alentó a dar este paso, y siempre lo hizo. Es la primera fan, que confía y que trasciende a la pareja. En este verano, está muchas horas sola porque yo tengo mucho trabajo. Y si podemos trabajar juntos, siempre nos vamos a elegir. Y que sea muy feliz arriba del escenario o con su escuela de danza, que con Silvina, su hermana, tienen mucho trabajo, es lo mejor. Nos equilibramos. Y ese es uno de los éxitos de nuestro amor”, reconoce. “Cuando el amor es tan grande, tenés hijos y la pareja se va cimentando, lo verdaderamente importante es lo importante. Cuido a mi familia y a mi pareja. A Vani la trato como si fuese el primer día que nos conocimos. Le preparo el desayuno, estoy atento a los detalles. De afuera, nada me puede llegar a tentar que no sea lo que construí con Vanina. Desde que la conocí me dijo: esto es blanco o negro. No hay grises. Salgo con amigos, voy al cine solo, me gusta hacer cosas solo, en mi trabajo convivo con muchas mujeres. A ella la amo profundamente como el primer día. Una vez cada quince días nos hacemos una escapadita de novios. Como tenemos una tía muy presente, se queda en la casa de ella. Nos dejamos cartas, nos escribimos mensajes cariñosos, todos los días le digo que la amo. Aprendimos que si hay un enojo, se vaya en minutos. Lo hablamos en el momento y se soluciona. Tenemos nuestros cambios de opiniones como todo el mundo pero no son cosas importantes. Nada es tan importante como para que dure más de media hora”.
Waldo y Vanina Escudero, pareja consolidada
Waldo y Vanina a puro amor
