El escándalo es total, tan grande que de alguna manera afecta y sacude a tres continentes. Sí, porque las coas suceden en Buenos Aires, en el corazón de América del sur, y repercuten en Estambul, la ciudad que a un lado del Bósforo es Europa y del otro lado es Asia. Una foto mostró a Wanda Nara a los besos con L-Gante en un boliche, y Mauro Icardi casi se cae de espaldas a miles y miles de kilómetros donde su mujer disfruta de la vida, la noche y la juerga al lado del rey de la cumbia 420.
Aunque Icardi se empecinó en negarlo y sigue repitiendo que están juntos y todo ese "bla bla bla" que ni él parece creerse, Wanda ya dijo que están en crisis, que le pidió el divorcio y que su plan es disfrutar la vida, algo que parece incluir al polémico cantante de General Rodríguez, recientemente separado de Tamara Báez y tan millonario como los anteriores maridos de la ex vedette.
Este fin de semana trascendieron una serie de imágenes -obtenidas en la penumbra de un boliche- donde Wanda y L-Gante parecen estar "matándose a besos". La cuenta "chusmeteando" logró el instante mágico donde se "comen la boca" y el terremoto es prácticamente total desde que se viralizó la escena.
"Especialistas" de todo tipo intentan determinar, por todos los medios, si es que Wanda y L-Gante están entregándose a un apasionado "chape" o si están manteniendo una charla muy cercana y muy intimista. Como fuera, lo que queda claro es que están pegados, juntos y que tienen una extrema confianza uno con el otro, así estuvieran hablando del video clip que grabaron juntos.
En otro capítulo de esta historia que parece desmbocar, inexorablemtne, en el blanqueo del romance de la ex vedette y el intérprete popular, ambos fueron vistos disfrutando de un "desayuno bajonero" después de pasar la noche juntos. Fueron filmados en un McDonalds por un grupo de chicos que coincidieron con ellos y la escena también se reprodujo miles y miles de veces.
Icardi está instalado desde hace menos de un mes en Turquía, donde sigue su zigzagueante carrera deportiva. Tras arribar al fútbol italiano en la Sampdoria de Génova, un equipo mediano de ese país, el bombardero rosarino pasó a jugar en "las grandes ligas" del Calcio al ser incorporado por el Inter de Milán. Después de un buen desempeño, su pase fue comprado por el megapoderoso PSG de Francia. Allí tuvo poco lugar, y salida para desembarcar en el Galatasaray de Turquía representa un fuerte retroceso en su campaña.