Mientras Wanda Nara lloraba a mares por su terrorífica pelea con Mauro Icardi, Zaira la pasaba de maravillas con su novio polista, Facundo Pieres. Las dos caras de la moneda para las hermanas más mediáticas de la Argentina. Como si trataran de confirmar todo el tiempo que son diferentes. La rubia y la morocha. La vedette y la modelo. La explosiva y la silenciosa. La popular y la ABC1.
Con toda la televisión argentina hablando del estallido que hubo en el edificio Chateau Libertador y de la denuncia por agresiones y violencia de género que Wanda le encajó a su ex marido y padre de sus dos hijas menores, Zaira pareció hacer oídos sordos y se presentó con su actual pareja en un evento público. Raro, porque no son de mostrarse de esa manera.
La mecha la prendió LAM y la bomba terminó de explotar en el resto de los medios y en el mundo digital. Todo el mundo se prendió con el tema y empezó a cuchichear lo que estaba pasando. Imagínense: dos re contra famosos que tienen toda la plata peleando como en un conventillo de un barrio marginal. La historia tenía todos los condimientos para atrapar al público. Y lo hizo.
En otro lugar de la ciudad, lejos de ese ruido periodístico (o no tanto, porque fueron a un lugar en el que sabían que habría prensa), Zaira Nara y Facundo Pieres también protagonizaron una noche agitada, pero por otro motivo. Una razón mucho más divertida y amena: participaron de un evento y se mostraron mimosos, contentos y bastante charlatanes.
QUE HIZO ZAIRA NARA MIENTRAS WANDA NARA Y MAURO ICARDI PELEABAN TERRIBLEMENTE
A ver, la relación de Zaira y Pieres también tuvo un comienzo escandaloso. Ante los primeros rumores, la que decidió tomar distancia fue Paula Chaves, quien en su juventud había tenido un escarceo amoroso con el deportista, a quien muchos califican como experto en el arte de seducir famosas. El paso que dio la esposa de Pedro Alfonso terminó de romper el triángulo de amigas que integraban en su momento La China Suárez, Zaira y Paula. A la China dejaron de contestarle los whatsapp cuando estalló el Wandagate, precisamente: se estaba metiendo con la hermana de una de ellas, una afrenta imperdonable.
El tiempo pasó. Aquel escándalo se llevó puesta también a la relación de Zaira con su marido de entonces, Jakob Von Plessen: ella no le perdonó que él le hiciera la segunda a su cuñado y también paseara por la noche parisina. Tiempo después conoció a Pieres y se subió al caballo. Y al galope conoció otro mundo, el del polo, quizás el ambiente más premium que pueda existir. Las noches son para disfrutar dicen entre haras, palenques y goles de handicap. Para disfrutar, aunque la hermana esté en una de las noches más difíciles de sus últimos años.
Fotos: RS Fotos