En tiempos complejos económicamente supo surfear la ola de la crisis subido a la tabla del talento, el esfuerzo y el trabajo. Este verano, en general, las obras teatrales pusieron el grito en el cielo y se quejaron de una temporada opaca y deslucida. El turista cuidó la billetera y en los teatros no se cortaron los tickets esperados. Flavio Mendoza (44) fue uno de los que sobrevivieron, y cantó victoria. Su espectáculo Siddhartafue el más taquillero de Carlos Paz. “Hacer esta obra fue como un volver a nacer, conectar con mis raíces. Hace un circo majestuoso, como los de antes, fue lo que me hizo sentirme vivo y dedicarle todo de mí, contó él. El circo fue el lugar en el que se movió Flavio desde que nació. Sus abuelos eran dueños de uno y trabajaban todo el día por un espectáculo mejor.
El creció observando eso, el talento y el sacrificio de la troupe. Desde que tuvo uso de razón supo que de grande iba a seguir la profesión que mamó de sus abuelos y de su mamá. Parado en el presente, mira para atrás, hace memoria e imagina todo por lo que pasó hasta llegar a esto que es ahora, un artista de pura cepa. “Me parece que con Dio pasa lo mismo, que lo lleva en los genes Mendoza-Guasconi”.Durante el verano, el pequeño miraba toda la obra despierto y muy atento a lo que acontecía con su papá arriba del escenario. Incluso, no faltaron las críticas, que supo dejar de lado, por exponerlo. Cuentan los que están cerca de él, que el nene, apenas escucha la música de Siddartha, se quiere trepar y se desespera queriendo hacer piruetas. Tal es su sentimiento, que lo inspiró para hacer El circo del Anima. “Mi hijo Dionisio tuvo que ver con esto, fue el principal motor de esta idea”. Con la temporada finalizada, padre e hijo necesitaron de manera urgente un descanso. Despejar la cabeza y alejarse por unos días de las cuestiones laborales antes de regresar y volver al ruedo nuevamente.
¡Grande, pa! Si bien confesó que al principio le costó identificarse como padre, con el correr de los días fue generando ese vínculo que hoy los tiene mimetizados. Al platinado le cuesta despegarse del nene y el amor de padre no deja de florecer. Mientras descansa en Nueva York, se sorprende con los avances de su hijo. Antes de subirse al avión, el pequeño ya estaba dando sus primeros pasos. “Ya se para e intenta dar sus primeros pasos. Ahora que se largó solito, agarrate”, contó el rubión en las redes sociales.
Dos semanas que pasaron volando. Hace una semana la familia descansa en tierras estadounidenses y lo que eran unos pequeños pasitos agarrado de algo, ahora ya es más pronunciado. Antes del año (lo cumple el 11 de abril), el nene sorprende por su destreza. Salir a recorrer una de las ciudades más imponentes del mundo es lo principal. ¿Qué hicieron? Lo primero fue recorrer Broadway y todos sus teatros. Más allá de que fue a descansar, Mendoza no puede con su pasión artística, que le gana la pulseada. Estuvo viendo obras y sacando ideas para sus nuevos desafíos, que tienen que ver con el circo. “Dio no para un segundo, así que descansar se está complicando un poquito”, bromea. Otro de los espectáculos que no se perdieron fue Frozen.
Por supuesto que para el más pequeño del grupo también hubo recorrido. Llevarlo a los juegos fue todo un desafío. El platinado cuenta que bajarlo de cada juego a los que se subió el nene o la calesita se transformó en una misión imposible. Le pedía seguir jugando y no lo dejaba descansar. Para finalizar el viaje, tuvieron una parada obligada en Miami. Disfrutar de la playa y jugar en la arena fue la atracción por excelencia que encontró la familia.
Dionisio dio sus primeros pasos en Nueva York
Dionisio y Flavio Mendoza en Nueva York
