"Viajera". La China Suárez podría llenar con esa palabrita el casillero de los formularios donde debe poner de qué trabaja o a qué se dedica. Ultimamente, pasó más tiempo subiendo o bajando de aviones y surcando los cielos de todo el mundo que entrando o saliendo de los estudios de televisión para grabar ficciones u otro tipo de productos.
En su regreso a Buenos Aires tras un nuevo período en España, le dio una nota a Intrusos que generó reacciones en el plantel del programa. ¡Muy fuerte, chicos!
En realidad, lo de "le dio una nota" es apenas una manera de decir. El testimonio se "lo ganó" el cronista Alejandro Guatti, que la fue a buscar al aeropuerto de Ezeiza, le puso cámara y micrófono por delante y le descerrajó una serie de preguntas casi sin dejarla pensar. Algunas las contestó y de otras prefirió escabullirse, ya sea poniendo la presencia de sus chicos como escudo o llamando a grito pelado a un asistente que nunca apareció en escena.
Sin frenar su caminata rumbo al taxi que la llevaría a su despampanante vivienda en el barrio chacras de Murray, la China enfrentó el severo cuestionario del periodista de Intrusos, y así alcanzó a decir que estaba bien, que el viaje había sido provechoso, que ella "vive en Buenos Aires" -cuando la pregunta giró en torno al rumor de que podría radicarse en el extranjero- y dejó en claro que no pretende hablar del Wandagate ni de sus consecuencias.
Además, de alguna manera terminó de blanquear su romance con el vendedor de autos español Armando Mera Navareño, con quien subió algunas fotos a Instagram donde se los ve bastante acaramelados. Además de las imágenes, el intercambio de likes y de emojis (caritas sonrientes, fueguitos, corazones) transitó en la misma dirección: las puertas del amor parecían abrirse nuevamente para ella.
Primero dijo que no le preguntaran porque estaba con sus hijos (tiene a Rufina de su relación con Nicolás Cabré, y a Magnolia y Amancio de su historia con Benjamín Vicuña) pero después terminó reconociendo que "como vieron en las fotos, está todo bien por suerte, todo normal", una frase y una situación que merecieron el análisis crudo de parte de la mesa de Intrusos.
Al volver de la nota y después de tributarle un cálido y sostenido aplauso a la labor del cronista, Daniel Ambrosino soltó una potente teoría: "Esto de que va a vivir en Buenos Aires y no España es la prueba de que la cosa con este Armando no va, no la creo, no cierra", algo que mereció el apoyo de otra histórica del ciclo, Marcela Tauro.
"Coincido con Dani, no funca esta historia", aseguró. Por último, Maite Peñoñori reflexionó que "se apuró en blanquear para hacerlo poco después de Vicuña con Eli Sulicihín", un nombre que tomó por sorpresa a Florencia de la Ve: "¿Quiéeeeennn?", preguntó, asombrada, la conductora. Es ella, Flor.