A diferencia de los veranos anteriores, estas vacaciones arrancaron distintas y continúan por el mismo sendero, pero con más soledad. El 29 de diciembre, Corcho Rodríguezllegó a Punta del Este acompañado por su mujer, Verónica Lozano, y su hija Antonia. Sus chicas se quedaron sólo a pasar las fiestas de fin de año y se volvieron. Vero, hasta el 11 de febrero, que comienza sus vacaciones, sigue al frente de Cortá por Lozano, por Telefe. Nada de vuelos privados, como están acostumbrados, y sin hacer demasiado ruido.
Dicen desde su entorno que eligió el bajo perfil y caminar por la sombra, con el sombrero puesto, sin llamar demasiado la atención. Solo, el empresario está hospedado en su chacra Yellow Rose, y las salidas suelen ser solamente para ir a la playa o algún que otro paseo o recorrida. Las mega fiestas con las cuales recibían a amigos en veranos anteriores quedarán para más adelante. Pese a no contar con la compañía de su mujer y de su hija, prefirió quedarse unos días más en Uruguay. Así lo acordaron puertas adentro y entendieron que es lo mejor para la familia. Allí encuentra la tranquilidad necesaria, sin exponerse. “Vine a descansar, no voy a dar notas, gracias”, es la frase que repite ante cada periodista que se le acerca.
Las causas en su contra por el caso Odebrecht avanzan, siguen sumándose pruebas que lo perjudican y lo acorralan. Desde su entorno aseguran que lo ven preocupado y ocupado en que esto se revierta. Tal vez por eso es que se mueve sigilosamente y no recorre lugares que antes le resultaban familiares. Sin ir más lejos, el mundo del polo, al que suele dedicarle tiempo, esta vez lo tiene alejado y sus compañeros de ruta lo advierten.
La pareja apostó por el bajo perfil
Corcho y su hija Antonia
Corcho Rodríguez, solo en Uruguay