El cuerpo fue absorbiendo el sacrificio de cumplir en todos los ámbitos sin exteriorizar ni siquiera una mueca de eso. Se fue impregnando de dolor, de saber que uno de sus mejores amigos se estaba muriendo y que no había nada para revertir esa situación. Obligaciones y obsesiones que fueron armando una bomba dentro de sí y que terminó explotando en la cabeza de Sergio Lapegüe (54). Seguramente, el fósforo que encendió esa mecha fue el fallecimiento de Sergio Gendler. Lapegüe estaba trabajando al frente de Tempraneros, el noticiero que conduce por TN de 6 a 10, cuando su compañera Roxy Vázquez dio la noticia apenas pasadas las 8. A medida que la periodista iba informando, Sergio empezaba a derrumbarse, a tal punto que debió salir del aire aturdido por lo que estaba escuchando. Desde ese momento a esta parte, la luz que irradia uno de los periodistas más queridos, por su profesionalismo, por la manera de entretener a su público, se fue apagando.
A toda esa lucha interna hay que agregarle su pasión por el trabajo. Además del programa mencionado, también lleva adelante Notitrece, el noticiero de El Trece, y por la tarde se va a la radio a conducir Atardecer de un día agitado (La 100). No hace falta hacer demasiadas cuentas para entender que pasa mucho tiempo dedicado a sus tareas y poco con sus seres queridos. Cuando la bomba emocional explotó hizo un alto en sus obligaciones y, con su mujer, Bochi, armaron las valijas y volaron con destino a México, a disfrutar del sol y las playas caribeñas.
“Necesitaba bajar un cambio. El cuerpo me lo pedía a gritos. Fueron meses muy duros a nivel trabajo y personal. Estoy un poco mejor, el viaje me sirvió, pero después del vendaval tarda en salir el sol y con él la calma. Vivimos limitados, por mandato o decisión personal, y eso no está bueno”, cuenta desde Cancún.
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Las postales románticas con su mujer se multiplican. Allí pueden hacer cosas que en la vida diaria, en Buenos Aires, no. Una de sus pasiones, por ejemplo, es ir a la playa y quedarse hasta último momento contemplando el atardecer y cómo el sol se va escondiendo. Detalles que le sirven a Lape para empezar a cargarse de energías y recuperar esa magia que lo caracteriza.
“Trato de aprovechar al máximo la semana que me tomé para frenar la máquina y reflexionar. Pensar en voz alta. Amo a mi familia. Amo mis amigos. Amo ser apasionado. Amo mi música. Amo hacer deportes. Pero acá se me viene una reflexión que me hizo Elvis, mi hijo: ‘Papá, lo más importante es el equilibrio’. Y aquí fallo, porque también lo que amo es el descanso. El descanso debe ser parte del día y no algo que pasa de vez en cuando. Mi día se compone de trabajo, trabajo y trabajo. Poca amistad, mínimo tiempo con la familia, con el deporte, con la salud, etc. La vida pasa muy rápido. Algunos amigos se van antes de tiempo, y el tiempo es lo más valioso que tenemos y lo que menos valoramos y lo que menos tenemos. Esto es un grito que me sale desde el corazón y ojalá que lo pueda poner en práctica cuando se terminen las vacaciones y vuelva a Buenos Aires”, cerró.
Sergio se fue al Caribe con sus amigos y su mujer.
¡Qué galán!
Lapegüe estuvo todo el tiempo acompañado por la Bochi.
¡Qué cuerpo!