En 2012, la película Siete Cajas sorprendió al mundo cinematográfico por su ritmo trepidante y vertiginoso, por su argumento super original, por venir de un país -Paraguay- poco acostumbrado a entregar ese tipo de joyas al género de acción y por la extraordinaria actuación de su protagonista femenina. Nueve años después, la jovencita que la rompió en aquel filme inolvidable desembarcó con todo en la Argentina: a Lali González le alcanzaron un puñado de emisiones para convertirse en la gran revelación de La 1-5/18, la nueva novela del 13.
Lali personifica a Rita, una habitante del barrio "Rosario Vera Peñaloza" que busca a su hijo y que transitará, también, sus conflictos cotidianos y sus historias de amor. Por ahora, su marido está preso, pero ya veremos más adelante con quién o con quiénes se enreda. Su inconfundible tonada paraguaya no es antojadiza ni producto de un desmedido talento actoral. Ella nació en el seno de una familia de clase media en Asunción, la capital del país vecino y hermano, y allí transitó casi toda su vida.
Capricorniana de 34 años -el 27 de diciembre, en esa semana medio perdida que queda entre las fiestas de Navidad y de año nuevo, cumplirá 35- Lali, cuyo verdadero nombre es Graciela Belén González Mendoza, encuadra en líneas generales con las características del signo: dicen que es muy buena compañera de trabajo, que es muy divertida y que es difícil que se quede callada. "Es una de las más conversadoras del grupo, siempre tiene un chiste a mano para hacer", confirmaron los demás integrantes del elenco en la gira de prensa que hicieron para presentar la ficción.
Desde chica supo que quería ser actriz o dedicarse a algo que tuviera que ver con las artes. Pero su familia también le inculcó que el estudio era otro pilar clave de la vida y una vez que terminó el colegio secundario cursó la carrera de abogacía, que aprobó con muy buenas notas en la Universidad Católica de Asunción. El título de abogada quedó guardado a medida que se le fueron sumando trabajos vinculados a la actuación, pero pensó en desempolvarlo cuando la pandemia cerró teatros y sets de grabación. "Fue una posibilidad volver al derecho. Fue desesperante no tener trabajo, pero por suerte se abrió", recuerda ella esos tiempos difíciles de 2020 y parte de 2021.
Si bien muchos argentinos y argentinas ya le echaron el ojo y se deslumbraron ante su gracia, su simpatía y su potencia interpretativa, Lali está casada hace cinco años con el joven empresario paraguayo Walter Riveros, quien se quedó en su país atendiendo obligaciones laborales y profesionales mientras ella está acá grabando la ficción. La tecnología les permite comunicarse todos los días y en el momento en el que lo deseen. Su casamiento no fue un casorio así nomás. Contrajeron enlace en una paradisíaca playa de Florianópolis, en Brasil, a orillas del mar.
Todo Paraguay siguió con atención la boda, y también celebró cuando dos años más tarde ella dio a conocer la noticia de que estaba embarazada. La hija de Lali se llama Rafaela, y ella volcó todas sus experiencias tanto del embarazo como del psotparto en unos monólogos que vio y escuchó "medio Paraguay" más o menos. escucha a los Rolling Stones y si tiene que elegir una comida favorita, se inclina por las milanesas. También le gustan las mascotas y en más de una oportunidad se declaró "madre perruna". Como si eso fuera poco, es "embajadora" de su país en una organización que hace obras de caridad. Está presentada Lali, sólo hay que dejarla actuar... y disfrutarla.
