A horas del debut del nuevo LAM (seré el martes 8 de marzo, en la pantalla de América), Yanina Latorre tiene algunos temas por resolver. Se sabe que puertas adentro algunas cosas ya se cerraron, pero todavía falta que se aclaren en lo mediático.
Desde hace varios años, la mujer de Diego Latorre tiene un fuerte enfrentamiento con Pamela David, la esposa de Daniel Vila, el dueño de la señal de Palermo, a donde irá a trabajar ahora… ¡Yanina! Sí, de la mano de Angel de Brito la rubia regresó a donde dijo que nunca iba a volver.
Al momento de hacer las fotos de promoción para el show, Yanina dijo lo que piensa de la morocha, que salió del aire para dejarle su espacio a la nueva gran apuesta del canal, Los Angeles de la Mañana (¿alguien sabe que será la M?).
En el momento que la estaban grabando, detrás de cámara, le preguntaron por su historia pasada y ella asumió con un "no sé si está todo bien, pero voy a laburar", informó Yanina. Muy puntual, se contó que Latorre fue una de las primeras en llegar para la sesión fotográfica tras pelearse con Marcelo Polino por su trabajo en radio Mitre.
Alguien le quiso meter el dedo justo donde más le duele: “¿Estás contenta de estar en América TV?”, le preguntaron. Y ella salió por donde más le conviene y esquivó la polémica: "Seeee, yo estoy contenta de volver a hacer LAM”. ¡La que se viene!
En sus redes sociales, Latorre respondió algo más hace un tiempo mediante sus stories de Instagram: “Con Pamela David no tenemos relación. Igual debo reconocer que la última vez que me la crucé intentó hablar conmigo y yo me broté. Ja, ja, ja”, informó. Días más tarde, se confirmó el pase de su programa a América.
Allí le insistieron a Yanina mediante un “palazo”: “Menos mal que no volvías a América ni muerta de hambre”, le escribieron. Y ella sentenció: “Muerta de hambre no estoy, pero soy profesional y decidí separar las cosas. Vamos a ver…”, contestó la esposa del ex futbolista.
Por lo que se ve: las heridas no cerraron del todo. Sólo resta ver si la sangre llega al rio cuando se crucen en los pasillos. ¡Tiempo al tiempo!