En la noche de este lunes 20 de marzo reingresaron a Gran Hermano Martina, Tomás Holder y Mora con una misión encomendada. Los ex hermanitos tendrán el objetivo de volver a jugar, pero esta vez acompañando a los tres finalistas.
Santiago del Moro comunicó los detalles de la noticia al aire y aseguró que es algo nuevo, que nunca se había hecho. En este sentido, explicó que cada uno de los “invitados” tendrá que apoyar en el juego a cada uno de los finalistas. De esta manera, se conoció que Mora acompañará a Marcos, Martina a Nacho y Holder a Julieta.
Es por ese motivo, que los ex, entraron con una remera debajo de su atuendo que decía el nombre del finalista con el que tienen que armar un plan o estrategia y conseguir más votos. La idea es que los ex jugadores los ayuden a “obtener votos del afuera” y seguir compitiendo por un lugar en la gran final.
El conductor además, expresó: “Ellos no van a jugar directamente, sino a través de ustedes. Nadie les quita lo que han hecho hasta este momento. Estén enfocados en las campañas. Ellos van a ser sus jefes de campaña. Van a jugar en dupla. La visita va a compartir el desayuno, la convivencia y pueden llevarse algún premio. El próximo miércoles y viernes hay una sorpresa. Ellos se irán el viernes”.
MARTINA REVELÓ QUE VA CONTRA JULIETA EN SU REGRESO A GRAN HERMANO
Martina es una de las ex jugadoras que regresó a la casa para participar de un plan y ayudar a uno de los finalistas a que gane. Pero lejos de la cordialidad y tranquilidad, la morocha picante, como lo fue siempre, reveló horas antes de su ingreso que su objetivo es "ir contra Julieta". Primero bromeó con la posibilidad de llevarle un regalo: un pañal, debido a que hace algunas semanas Disney habría tuvo un problema escatológico, que quedo en la memoria de todos.
Luego, jugó con la chance de decirle algunas de las cosas que pasaron afuera, sobre todo algunos de los rumores de infidelidad que atravesó su novio Lucca Bardelli. A pesar de todo lo que dijo, se conoce que Gran Hermano tiene reglas y que la normativa establece "no decir nada del afuera", por lo que se especula que poco pueda cumplir con su objetivo.
