Alarma la salud de Daniel Ambrosino. Hace casi una semana que no está en pantalla y surgieron versiones entrecruzadas. El miércoles pasado fue el último día que estuvo al aire. Daniel empezó a sentirse mal el miércoles pasado, al regresar a su casa, luego de América Noticias. Se tomó la presión y se encontró con una sorpresa: estaba elevada.
La preocupación se instaló y consiguió turno con su médico para el otro día, el jueves. Y aunque ese día también estuvo por los pasillos del canal de Palermo, no llegó a salir en cámara. Tenía turno con un especialista justo en el horario que el noticiero de Rolando Graña y Soledad Larghi, donde trabaja, estaba al aire. El doctor lo revisó, volvió a controlar su presión, lo medicó y le dio una clara instrucción a seguir: reposo.
Por algunos días, Ambrosino tenía que permanecer alejado de las obligaciones laborales y del cumplimiento de horarios para recuperar la estabilidad de su salud. Porque si bien esta vez fue solo un susto, claro, la salud es algo a cuidar.
Ya más tranquilo, casi recuperado aunque se tenga que seguir controlando, Dani contó cómo vivió sus últimos inquietantes días. "El miércoles a la noche me sentí raro, me tomé la presión en casa y tenía la presión alta. El jueves fui al canal y tenía el turno con el médico a las 18:45 y no llegué a salir al aire ese día porque tenía que ir al médico", contó a Primiciasya.
“El médico me revisa y me da una medicación, y me recomendó no ir el viernes. El domingo yo ya avisé al mediodía que no iba al Show de los escandalones porque tengo reposo de 72hs, o sea regreso el miércoles recién al noti", compartió Ambrosino, que protagonizó parte del escándalo por el chat paralelo del viejo Intrusos en el espectáculo.
“No es nada grave ni de otro mundo. Tampoco me descompensé y no fue un pico de presión. Me subió un poco la presión que podría ser por stress o alguna comida, o una seguidilla de comidas con mucha sal, no sé", explicó Daniel, -que renunció en su momento al programa de Jorge Rial después de 20 años-, sobre el posible origen que generó el “disparo” de su presión arterial.