Con los años, Alberto Cormillot se fue corriendo de su rol estrictamente médico y empezó a sorprender con las aristas más singulares de su personalidad. Así, después de mucho evangelizar en pantalla sobre la alimentación y las dietas, un día demostró que era un gran bailarín de tap.
Después, ya octogenario, Cormillot sorprendió al anunciar que se iba a casar con su novia treintañera, Estefanía Pasquini, con quien luego se convirtió en papá de Emilio, a los 82 años. Más sorpresas. El nutricionista enfrentó a las críticas y prejuicios y siguió descolocando con los extraños métodos de crianza del niño.
Así fue como Alberto y su esposa contaron que su bebé de nueve meses recibía clases particulares de una profesora de chino, para que se fuera asimilando al idioma del futuro. Y como si esto fuera poco, en las últimas horas el médico habló a fondo sobre un detalle desconocido de su vida: su pasión por los enanitos de jardín.
Fue en su paso por La Puta Ama donde Cormi se refirió a las decenas de gnomos que viven en el parque de su casa, con quienes, dijo, mantiene una estrecha relación.
"Ellos me hablan a mí y yo les hablo a ellos. Tengo 31 en total", reveló el entrevistado en el programa que conduce Florencia Peña. ¿De qué habla con sus enanitos? Según contó, cuchichean sobre “cosas de la casa”.
"Les pregunto cómo anda la casa, si se descompuso algo y sí fue culpa de ellos o fue por la antigüedad de la casa", dijo, y aclaró que cada uno tiene su nombre. “No lo repetimos porque es algo secreto", señaló, divertido, dejando en claro que la armonía reina en la aldea de su jardín.
Ajeno a las creencias de quienes aseguran que tener enanitos en el jardín trae mala suerte, Alberto contó que llegó a tener tantos después de la muerte de su padres, porque esta historia empezó con ellos.
"Yo les compraba esos enanos para mi madre cuando era chico, que eran siete, y cuando murió ella y mi papá, me los traje. Después, se empezaron a reproducir; algunos los compré yo, mi hijo (Adrián) me trajo otros y tengo algunos hasta intervenidos", señaló.
Y cerró, feliz con su colección: "Mi hijo me regala muchos, algunos me los da con mi nieta Emmita y otros, los compré yo. Me encantan”.