Siempre sensual, atrevida y despampanante. Alejandra Pradón se erige en una esfinge, un ícono total de decenas de generaciones que han disfrutado de sus talentos, de esa capacidad de jugar con su figura y sobre todo con esa verba desprejuiciada.
Dueña de una historia riquísima, que se configura por un sinfín de experiencias electrizantes, que la llevaron a recorrer el mundo y a transitar por circunstancias impresionantes. La blonda suele encender algunas bombas explosivas con sus narraciones de romances picantes.
En ese compendio de famosos que supieron disfrutar de las mieles de momentos de intimidad, Alejandra focalizó en Marcelo Tinelli, un jovencísimo Marcelo Tinelli. Sin tapujos, ni filtros, la mediática rememoró una etapa de extrema complicidad con el conductor y describió un escenario del ámbito privado muy particular.
Pradón visitó el living de LAM y en ese contexto disparó varias declaraciones filosas, dentro de las que se destacó su historia de amor, o pasión, con el animador más importante de la televisión argentina. Una conexión impresionante que los imantó hace décadas.
A partir de su vasto bagaje de vínculos amorosos, en el piso le consultaron: “¿Nunca saliste con un casado?”. A lo que la rubia aseguró: “Me he enterado después que era casado”. Así le redoblaron la apuesta al traer a la mesa el lazo con Marcelo: “¿No estaba casado Tinelli cuando estuviste con él?”.
De esta manera se abrieron las puertas a la narración de una anécdota impresionante de Alejandra, que detalló sobre esos encuentros privados con el conductor: “Fueron varias veces. Ha venido a dormir la siesta conmigo, venía a pasar un rato, a descansar”.
Con el afán de clarificar si esos episodios se englobaban en una relación apasionada, Pía Shaw le indagó: “¿Mientras vos estabas en el cuarto con Marcelo haciendo el amor estaba solo el Teto en el living?”. Lejos de gambetear el tópico, Pradón contó: “Si, total, haciendo el amor”.
Tras confirmar que Medina oficiaba de cómplice, la vedette describió el enojo, ese motivo por el cual el mediático nunca le perdonó esa confidencia: “Claro, no. El Teto se enojó mucho porque después le hacían burlas porque lo ponían como tonto que estaba con el control. Le dije Si vos fuiste testigo siempre de todo, ‘me hiciste quedar como un tonto Alejandra’”.