Usurpación: “Delito que consiste en apoderarse violentamente o a través de una intimidación de un inmueble o de un derecho de propiedad ajena”. La Real Academia Española es extremadamente clara en su definición. No queda ni siquiera un pequeño espacio para la subjetividad. Sus palabras son claras y el concepto es fácil de interpretar. Por eso, que no queden dudas cuando se habla de las Malvinas: Inglaterra se apropió de un territorio que no le corresponde. Por más apoyo internacional que obtenga por sus relaciones carnales con potencias e imperios, por más dilación que promueva en los reclamos diplomáticos que en su momento activó nuestro país para recuperar las tierras y por más que siempre se nieguen a blanquear su condición de usurpadores. Las islas fueron, son y serán argentinas.
Con ese sentimiento viajaron al cementerio de Darwin 65 familiares de 22 soldados caídos en la guerra de 1982. Jóvenes la mayoría, sin la experiencia necesaria para afrontar semejante desafío y en el marco de una evidente inferioridad de condiciones en la logística por mar, aire y tierra. Eso no fue impedimento, claro, para estos valientes que, sin dudarlo, pusieron el pecho por la patria, aun sabiendo que llevaban las de perder. Los restos de muchos de esos héroes hoy descansan en la necrópolis local. Afortunadamente, tras una insistencia diplomática sin precedentes y el estiramiento de una determinación que debería haber sido implementada sin tanta demora, casi todos lo hacen con nombre y apellido en cada una de sus tumbas. Apenas resta identificar a un puñado de ex combatientes que pagaron con su vida la invalorable decisión de no rendirse.
Los que ya fueron individualizados recibieron la visita de sus seres queridos en distintas tandas. La última el pasado miércoles, cuando madres, padres, tíos, hijos, primos, hermanos y demás consiguieron el alivio que tanto anhelaban: darles una merecida despedida luego de 37 años de padecer un angustiante ahogo emocional. Si bien la comitiva estuvo integrada por 65 deudos, lo cierto es que en sus corazones llevaron el apoyo de 44 millones de compatriotas. Entre ellos uno muy especial: el de Alejandro Lerner (62), que no solamente los acompañó con sus sentimientos más profundos, sino que, para documentarlo, eligió ir directamente con ellos.
El cantante es, quizás, el abanderado de los músicos en esta causa tan noble, y no duda cada vez que considera necesario realizar el aporte de su figura en situaciones así. Lerner fue uno más de la delegación y voló en el mismo avión que los familiares de los caídos, que aterrizó en la base aérea de Monte Agradable (Mount Pleasant). Para homenajearlos, Lerner cantó a capela “Aquellos otros”, una vez concluido el acto en el cementerio. No es la primera vez que el artista colabora fuertemente con el tema Malvinas: en 2018 se incorporó a la vigilia en homenaje a los soldados, realizada en Ushuaia el 2 de abril. Comprometido y patriota, Lerner les rindió un emotivo tributo a los héroes de Malvinas y, por supuesto, le dijo no a la usurpación británica en las islas que, más que nunca, fueron, son y serán... ¡argentinas!
Lerner cantó una emotiva canción en las islas.
Esta es la segunda vez que viaja a Malvinas.
¡Qué paisaje!