Alejandro Lerner estuvo como invitado de Jey Mammón y mostró toda su simpatía y experiencia. Sin alardear recordó su vínculo con Armando Manzanero y Carlos Santana, un primer encuentro con León Gieco y las bromas con Sandro. Apareció con sus característicos lentes oscuros y explicó con humor que los usaba “en espacios cerrados para calentar el carisma”.
Una de las primeras anécdotas que compartió fue la que vivió con León Gieco. Lerner solía vacacionar todo el verano con su familia en Villa Gesell. “Mis padres fueron una de las familias colonizadoras. Primero teníamos una casa alquilada y luego otra en el paseo 118 y avenida 1 muy cerca del mar. Cuando paseaba por la avenida 3 eran todos amigos y conocidos. Yo compraba la revista Pelo y otras con afiches de músicos como Led Zeppelin”, comenzó su relato.
En uno de esos paseos por la avenida 3 descubrió a León Gieco sacando volantes de su morral para pegarlos en los postes promocionando su concierto. “Lo miro, yo era chiquito y él muy grandote y le pregunto ‘¿Che cuándo vas a tocar?”. Gieco interrumpió la pegatina de carteles y le respondió. “Toco mañana, pero... ¿vos sabés quién es León Gieco?”. Y ahí un Lerner que tenía entre 13 y 14 años le contestó: “Sí, claro que lo conozco. Es un tipo que pega afiches en los postes de la 3”.
Otra de sus anécdotas fue con Sandro. Jey preguntó si era cierto que su tema preferido era Todo a pulmón. Aunque parecía un chiste de humor negro, Lerner respondió que era así “porque tenía un enfisema pulmonar”.
Lerner también narró que “cuando empecé, los primeros años de carrera Sandro venía él a verme tocar en el Ópera o en el Gran Rex. Venía como medio escondido y después me visitaba en camarín. Siempre me hacía la misma joda. Él era fana de mi mamá (Lía Lerner una reconocida investigadora de la conducta humana que solía participar de noticieros y talk shows) y me saludaba con un ‘Hola hijo de Lía’, no me daba crédito a mí.”
Otro gran artista con el que tuvo un vínculo especial fue con Armando Manzanero, la gran estrella de la canción romántica. Todo comenzó con una canción rechazada: “Me llamaron para hacer la música instrumental de la película Los pasajeros del Jardín y el director quería la canción Cuatro estrofas. Para mí esa canción era muy privada y no quería que estuviera en la película. Le propuse componer una que decía ‘no hace falta decir que me quiero morir a tu lado’, pero cuando se la mostré al director, Alejandro Doria la rechazó.”
La canción “No hace falta que lo digas” fue rechazada, Lerner siguió su carrera como solista y grabó dos discos: “Llega el tercero y yo no tenía tantas canciones. Le muestro al productor varias y le digo ‘tengo una que no sé si te va gustar’. Yo no tenía muchas referencias si No hace falta era linda o fea solo sabía que no le había gustado a Doria pero se la muestro y él después de escucharla me dice ‘ok Alejandro mostrame todas las canciones que crees que no me van a gustar’. Y ¿cuál fue el éxito de ese disco? No hace falta que lo digas”.
Ese disco impulsó la carrera internacional de Lerner. Así fue como lo invitaron a Siempre en domingo, uno de los programas más vistos en México. En un momento el animador le dijo que tenían una sorpresa alguien al que le encanta su música y lo quería conocer: “Entonces escuche una vocecita. "Hola Alejandro: te habla Armando Manzanero, y quiero decirte que tu canción No hace falta que lo digas me encanta. Te paso a buscar, nos vamos a comer y nos vamos a hace amigos”.
Según Lerner ese encuentro le cambió la vida: “Empecé a grabar con él, a mostrarle canciones. Hicimos giras a dos pianos. Él me mostraba sus canciones, yo le mostraba las mías. Manzanero me cambió la dirección yo tenía un sentido pero no conocía ese universo”.
El cantautor y compositor argentino asegura que sin duda lo que aprendió del mexicano “es que esto era no solo mi vocación sino que también debía ser mi oficio y profesión. Por eso debía prepararme en distintos ámbitos para dirigir y producir".
"Para pararme al lado de un ingeniero de sonido y saber comunicar. Para dirigir a Celine Dion (una de las artistas con las que trabajó) y no achicarse e indicarle que podía pronunciar mejor una palabra. Me enseñó a ser responsable y no achicarme por más miedo que pueda tener”, confió.
Otro músico con el que forjó un fuerte vínculo es con el guitarrista Carlos Santana, pionero en fusionar la música latina con el rock. Lerner realizó una gira con Santana por 14 ciudades de Estados Unidos y varios lugares de Centroamérica. Un tiempo después que terminara, Lerner volvió a Los Ángeles y se enteró que Santanatocaba en el Gibson Theatre. Habló con los organizadores y consiguió pases especiales.
“Fui al show con mi esposa y otra pareja de amigos. Yo estaba vestido como el or.. con un sombrero espantoso pero completamente relajado”, contó. Estaba sentado en su butaca cuando escucha que en inglés y desde el escenario Santana dice “quiero invitar a mi amigo¡Alejandro Lerner!’ Lo escucho y le pregunto a mi mujer ‘¿qué dijo?’ y ella me dice ‘Bo… te acaba de nombrar está esperando que subas al escenario’".
Lerner saltó de su butaca y fue corriendo por el pasillo hasta el escenario pero se encontró con un guardia de seguridad enorme cruzado de brazos.Lerner le empezó a explicar que Santana lo estaba llamando pero el hombre lo miraba como diciendo ‘sí, sí, justo a vos te está llamando Santana’.
Finalmente le creyó pero había que subir al escenario donde lo esperaba Santana y no había escalera. “Me agarró del cinturón, me levantó y me tiró arriba. Aparecí por el frente del escenario y toda la gente vio mi llegada con el culo hacia ellos. Pero me levanté, me acomodé, Carlos me saludó y empezamos a cantar como si nada”.
El próximo 10 de noviembre en Miami, Lerner recibirá el “Latin Grammy a la excelencia musical” en reconocimiento a su gran trayectoria. De este logro le aseguró a Jey que “Ganarse un Grammy para cualquier artista es un súper premio, pero en este caso Manuel Abud, presidente de los Grammy Latino me dijo: ‘Alejandro te vamos a dar ‘the life a shift in a world’ que es que te premien toda tu carrera’. Cuando me dijo eso me largué a llorar”.
