Entre las tantas entrevistas que brindó Walter Santiago desde su reciente eliminación de la casa de Gran Hermano le tocó sentarse en el living de LAM y someterse a un íntimo, mano a mano, con Ángel de Brito.
Curioso, rápido y astuto, el periodista y conductor no le dejó pasar nada por alto al sexagenario en cuestión e, incluso, lo exprimió y pinchó intentando develar quién y cómo es el verdadero hombre detrás del personaje que creó para el exitoso reality de Telefe.
En ese contexto, llegó un momento en el que, luego de que el invitado se emocionó al recordar a su madre y a su padre, Ángel le preguntó a Alfa por qué no funcionó su matrimonio. “Mi papá me enseñó a amar y respetar a la mujer. A ser atento y tratarla como una reina”, comenzó el último eliminado.
“En el amor no me fue bien, por eso estoy solo hace un tiempo. Hablé de una decepción amorosa. Me casé muy joven. Yo estaba de novio con la mamá de mi hija. Éramos compañeros de la facultad. Eran de esos amores limpios, puros, sanos…”, comenzó a contar Walter.
Y siguió: “Ella quedó embarazada y la única solución que quedaba era casarnos. Mi hija es un sol. No funcionó el matrimonio ni por engaños, ni por maldades, ni porque ella era mala, no. No funcionó porque éramos inmaduros”.
"Ella quedó embarazada y la única solución que quedaba era casarnos. No funcionó el matrimonio porque éramos inmaduros", reconoció el ex hermanito.
“De un día al otro nos encontramos con que nos habían puesto un departamento con todo. Tenía 21 años y no sabía lo que era pagar la luz o un impuesto. Eso nos llevó a que se terminara esa relación de amor”, cerró Alfa en cuanto a esa parte de la historia sentimental de su vida.