Como consecuencia del aislamiento social obligatorio, la justicia atraviesa, en su mayoría, un importante parate. Preocupada por el presente de la profesión y de las huellas que esta situación dejará a futuro, Ana Rosenfeld, abogada que pisa firme en los medios y en Tribunales, reflexiona con Paparazzi.
"Tengo un enorme grado de preocupación. En un país, frenar el poder judicial, en el que me muevo hace 46 años, hizo que los plazos procesales estén suspendidos, freezados. Con el paso del tiempo se están flexibilizando algunas actividades pero siempre en un marco chico y sin poder de decisión ni definición”, arrancó.
Al momento de profundizar, explicó que “son acciones definidas a que los niños estén en contacto con el otro progenitor no conviviente y algunas cuestiones de pagos de alimentos... Las demandas iniciadas no tienen respuestas, las respuestas no llegan a la otra parte, los jueces no dictan sentencia, no hay resoluciones".
-¿Con el sistema home office cómo se está manejando?
-Hay una realidad: no todos los estudios jurídicos tienen la estructura para hacerlo. Estoy iniciando un montón de demandas cautelares, divorcios y demás donde espero que las notificaciones lleguen a feliz termino. Si no tenés el correo electrónico del colega, con mandarle la demanda al divorciado o ejecutado no se que validez puede tener ya que no reúne las características que el código de procedimientos acepta.
-Pero eso no es garantía de que sea válido para la justicia...
-Estamos trabajando en el marco de la buena fe dónde, lamentablemente y por la experiencia que tengo, cuando llegas a tribunales, después de pasar las etapas de mediación, se genera una pequeña guerra dónde no necesariamente prima la buena fe de la contraria.
-Retornaron actividades como la odontología. ¿La judicial tendría que ser prioritaria?
-Yo trato de entender que todos queremos trabajar, necesitamos hacerlo, por lo tanto no podemos desmerecer ninguna función. No poder concurrir a mí estudio, donde no sólo tengo las carpetas sino también la tecnología necesaria para trabajar, es un tema. El home office no es una especialidad en la Argentina sino que surgió de urgencia. Que busquen el protocolo que quieran pero que nos abran, un poquitito, la oportunidad de poder seguir adelante.
-¿Cómo imagina la vuelta a las actividades después de la pandemia?
-El día que abran Tribunales va a ser un caos, van a haber colas que pegarán la vuelta a la manzana porque todos van a querer llevar su casi. Si ya de por si hablamos de que la justicia tiene demoras, imagínense el colapso que se va a armar en el momento en que decidan abrir las puertas del palacio.
"El día que abran la actividad, Tribunales va a ser un caos. Va a ver colas que den la vuelta a la manzana"
-Qué panorama está pintando…
Hoy, con la justicia frenada, todo es urgente. Los abogados necesitamos ya reactivar la profesión por nuestra doble situación: la personal económica y el bien social que ejercemos. Espero, todo este tiempo viendo la enorme labor que las mujeres hacen puertas adentro, haga que revaloricen su rol. Porque muchas veces son los jueces quien no tienen en cuenta esto a la hora de considerar los acuerdos económicos"
-¿Con los doctores Burlando, Iezzi o Morla, por nombrar a los que tambien tienen exposición pública, no se juntaron para elevar un pedido al gobierno?
-Todos son penalistas. Ellos si pueden salir a la calle y las y los que defendemos los derechos de las mujeres, no. Espero que no sé este echando para atrás todo lo construido y conseguido...
-¿Aumentaron las consultas por divorcio y violencia doméstica?
-Lamentablemente, está situación hizo llegar al límite a las familias dónde hay un foco infeccioso. Es impresionante las cientos de preguntas y consultas que me llegan a través de las redes sociales de mujeres que buscan asesorarse sobre las reacciones negativas de los hombres. La situación se volvió caótica dónde ya habia, insisto, un foco de infección.