Si el encuentro entre la China Suárez y Mauro Icardi realmente fue fallido o no, la verdad es que nunca lo sabremos. Lo que sí quedó clarísimo es que el marido de Wanda nunca hubiera podido llegar esa noche al hotel de París a verse con la actriz, de no haber sido por su cuñado.
A la luz del desarrollo de los acontecimientos, quedó develado que el papel de Jakob Von Plessen en toda esta historia fue el del encubridor, el cómplice de Mauro. Y eso, por supuesto, no cayó nada bien, especialmente, a Zaira, pero tampoco al resto de la familia, que ya no lo pueden ver de la misma manera.
Sobre el rol de Von Plessen se refirió Ana Rosenfeld en Intrusos, cuando Marcela Baños le preguntó cómo había quedado la hermana de Wanda. “Desde el minuto cero se decía que el marido de Zaira había sido el cómplice; me imagino que debe haber estado a las puteadas…”, deslizó la panelista.
"No es bueno tener un cómplice, porque estás involucrando a más personas en una situación donde el único que se tiene que hacer cargo es el que cometió el error", empezó la abogada. “¿Y qué pasó con él? ¿Cómo lo tomó Zaira y la familia?", quisieron saber en la mesa del ciclo de América.
Y Rosenfeld aclaró: "En realidad, eso puede ser parte del concilio familiar. Si Zaira se enojó o no, no lo sé. Entiendo que no le debe haber gustado nada que lo haya apañado". “Yo también lo entiendo desde el lado del hombre”, dijo entonces Marcela, punto que Adrián Pallares objetó, por su parte.
“Yo creo que no es entendible”, opinó Ana, categórica, antes de despacharse con su postura, producto de sus años de experiencia en estos temas escabrosos. “En rol de abogada, me voy a poner más seria y dejo de costado el tema de Wanda y Mauro”, dijo.
Y siguió: “Mi especialidad son los divorcios y todo lo que tiene que ver con este tipo de conflictiva. Si la pareja está quebrada hay que tomar una decisión y decir, ´hasta acá llegué, empiezo mi nueva vida´”.
“Cuando tenés una aventura, un affaire, un desliz, un error… todos los títulos que le quieras poner, lastimás a todo el entorno familiar. Y tener un cómplice te perjudica, porque hoy te cubro yo, mañana me cubrís a mí. Eso no gusta”, concluyó, contundente. Y Pallares cerró: “Hace pensar que hay favores recíprocos”.
