Andrea Estévez: “Estoy viviendo el momento más duro de mi vida” – Revista Paparazzi

Andrea Estévez: “Estoy viviendo el momento más duro de mi vida”

Luchadora, la actriz enfrenta otra vez una realidad difícil. Falleció repentinamente su padre, su expareja sigue sin hacerse cargo de su hija y no tiene un trabajo fijo.
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Las dificultades son hoy una constante para Andrea Estévez (41). Tiene a Hanna, su pequeña hija de menos de dos años, a cargo, y el padre de la nena sigue sin preocuparse ni hacerse cargo económicamente. Con falta de trabajo a consecuencia de lo que implica el parate de la pandemia coronavirus, tuvo que suspender todas las actividades laborales y, en quince días, su situación y la de la menor pueden ser más complicadas aún.

Como si todo esto fuera poco, a consecuencia de un infarto falleció repentinamente su padre, que era su gran apoyo y ayuda económica. “Se suspendieron las grabaciones de Celebrities Card, mi programa en El garaje TV, y de Distendidos Tevé. Tenía que viajar a Mar del Plata para grabar el comercial de unas calzas ginecológicas nuevas, y también se suspendió. Di de baja el seminario de modelaje que tenía previsto para fin de mes, en Villa Carlos Paz, y lo pasé en principio para fines del mes que viene. Por un lado está muy bien que se suspenda todo porque necesitamos tomar conciencia de la dimensión que tiene esto y frenarlo entre todos", arranca.

"Pero, por otro lado, para los que somos autónomos y vivimos del momento en el que trabajamos, se hace muy difícil sobrellevar la situación, no voy a mentir. Vengo de la pérdida de mi viejo que, más allá de ser un gran amigo, era una ayuda económica y hoy me suspenden todos los trabajos. Por supuesto, la situación con el papá de Hanna sigue de la misma manera. Él no se hace cargo de nada desde que la nena nació. Uno puede aguantar quince días, pero me pregunto ¿después qué pasa? Si no se retoma el trabajo, nosotras vamos a estar en ciertos problemas, es la realidad”, detalla Andrea, apesadumbrada. 

–¿Tu papá estaba enfermo? 
–Lo de papa fue súper inesperado, todavía no caigo. Volví de Uruguay, de hacer una conducción, y él me fue a buscar al barco. Ese mediodía almorzamos con él, Hanna y mi mamá, y luego tomamos unos mates. Él se fue hasta el auto para ponerle agua al radiador. Volvió con dolor de pecho diciendo que se ahogaba. La ambulancia tardó entre diez y quince minutos en venir, y cuando lo hizo papá tuvo un infarto arriba, yo estaba con él, agarrada de su mano. Lograron recuperarlo. Llegamos al hospital, entró a la sala de shock y ahí hizo otro infarto. Me dijeron que su corazón estaba muy débil. Había tenido un infarto hace quince años, pero su corazón venía estable, se hacía todos los estudios. Hace dos meses le habían diagnosticado EPOC, pero estaba bien. Y no tuvo un disgusto al momento de esto que pasó ahora. Somos una familia muy chiquitita. Para Hanna era un abuelo pero también un papá, un papá-abuelo. Es muy duro, muy difícil, me agarra en este momento que se suma el coronavirus. Y cuando podríamos estar haciendo cosas para despejar la cabeza, tenemos que estar las tres encerradas en casa. Es, lejos, el momento más duro de mi vida. 

–¿Y el papá de la nena, a todo esto?
–A pesar del fallecimiento de papá y de la pandemia mundial, el papá de Hanna tampoco se comunicó. Ni con eso se contactó… No se contactó ni me envió dinero para, por lo menos, ayudarme con la nena en esta situación. Se contactaron los papás del papá de la nena para decirme que ellos podían darme una mano con el cuidado de Hanna.

–Sin palabras…
–Y, la realidad es que como yo no tengo trabajo y la que la cuida es mi mamá, no necesito una mano de esa índole. Necesito que se pongan al día con una cuota alimentaria que está atrasada desde noviembre de 2018. El juez dio una cuota de alimentos que no se cumplió. Ahora dio paso a que, según la ley argentina, se traslade a los abuelos la responsabilidad de pagarla. En breve les estará llegando la citación para que se pongan al día con esta deuda. La familia de él se contactó para saber cómo me puedo estar arreglando sin trabajo y con su hija a mi cargo. Cada día agradezco más haber ido por la vía legal desde noviembre de ese año. Bastantes meses me tuve que hacer cargo sola porque no te reconocen el tiempo anterior al que te presentás en un juzgado. Tenemos una audiencia de mediación para fin de mes, pero con todo lo que está pasando queda en la nada. Si las mediaciones no dan sus frutos, se irá a juicio. 

–¿Tenés ganas de rehacer tu vida sentimental?
–No la rehíce. Con una nena chiquita es difícil y quiero que el tiempo sea para ella. En un futuro volveré a apostar al amor… y serán los tuyos, los míos y los nuestros. No tengo drama con eso. 

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