“En las cosas malas hay que buscar la parte buenas y cuando te enfocás las cosas cambian para bien”. Firme y con convicción así afirmó Aníbal Pachano que pasó su peor momento en la vida, allá por 2017, cuando los médicos descubrieron que tenía un tumor en el pulmón que generó metástasis en el cerebro.
Con humor pero también sabiduría, en el programa de Jey Mammón reveló cómo vivió ese proceso. “Estoy vivo de pedo, de casualidad”, afirmó.
“Tenía un cáncer de pulmón con metástasis en el cerebro. El diagnóstico era tremendo. Entonces me puse el objetivo que yo iba a salir a flote. Soy un resiliente. Con el HIV es lo mismo. Fue un momento dificilísimo pero ya estaban todos los cócteles y yo ya sabía de qué se trataba la enfermedad porque muchos amigos habían pasado por esa situación”, aseguró.
Ante situaciones que derrumban Pachano aseguró que “yo soy como como metódico. Me enfoco en positivo y esto logra que vos puedas hacer una resiliencia mucho más interesante y mucho más agradable”. Así compartió que ante el HIV “tenía unas azaleas espectaculares y dije ‘la vida es ese color. No es drama ni llanto ni nada que se le parezca”.
El artista compartió cómo su cuerpo le fue dando señales de alarma que al principio le parecieron graciosas: “Cuando me pasó lo de los tumores yo venía sintiendo pero me hacía el b….. Sin embargo me pasaba de todo. Me chocaba contra la pared, me daba con la puerta me daba con esto. Hasta que un día estaba charlando por un espectáculo con Héctor Cavallero y mi manager y de golpe de golpe dice ¿Por qué no lo llevas al médico? Porque debo haber dicho alguna boludez que me perdí”.
El artista decidió ir a un sanatorio donde “me despacharon pero yo dije algo tengo”. Esa noche fue a su casa y al otro día debía ir a Rosario “Tenía que buscar un smoking y cuando voy a buscarlo el smoking me resbalo 3 veces. Tenía que pasar por la verdulería y fui 3 veces a la verdulería con el traje en la mano preguntando boludeces”.
Pachano volvió a su casa y se puso a cocinar un pastel de papas. “Fue muy gracioso porque yo cocino rico y muy prolijo. Me acuerdo que me encontré con un cuchillo con una mermelada, me chocaba con el pastel, me tiré en la cama, me volví a parar y me pongo a hacer el pastel pero seguía con la cuchilla en la mano y no entendía qué hacía con la cuchilla en el dormitorio”.
Siguió preparando el pastel pero al terminar notó que “parecía un batik” todos los ingredientes los había mezclado algo que jamás le había pasado. Al terminar de almorzar recibió un llamado de su hija Sofía que le ordenó que fuera a un médico y entonces decidió ir al Fleni “y no salí por un rato. Por unos 15 días”, remató con gracias
“Ahí me conecté con el humor porque era tan gracioso todo lo que me pasaba que mee causaba gracia. Por ejemplo me metía en la cama con zapatos y empecé a mezclar cosas de la vida y decía que yo había nacido en el 1907 cuando era mi papá. En un momento le digo a la médica ‘estoy más loco que un plumero”. Le empezaron a realizar diversos estudios “400 millones de máquinas. Máquina uno, máquina dos máquinas. Ahí dije ‘esto es raro’ pero lo buscaba y lo llevaba al humor decía ‘bueno todo va a pasar’”, reveló.
Cuando termina los estudios y le realizan la punción “cuando me despierto de la punción aparece el doctor Frank Varela y ahí me cuenta que tengo un puntito en el pulmón y digo ‘¿uno? ¿uno solo? o tengo más’”. El médico le dijo que tenía dos pero además una metástasis en el cerebro con 6 tumores. Su respuesta fue “se me explotó la cabeza. Lo único que me falta y me empecé a cagar de risa y lloraba un rato”.
Pachano recuerda que “me dije que de ésta había que salir como en toda la vida. Ya venía siendo un niño resiliente desde chiquito. Esta era una más era una prueba más que la vida me ponía. Había que mirar en positivo. Miré para atrás y dije tanta cosa positiva que hice, que me voy a estar preocupando por 6 problemas en un solo combo. Prefiero ocuparme de esos 6 combos y ver cómo salgo de ésta”.
Siguieron los circuitos en las máquinas “y en cada máquina armaba una historia. Me mudaba, desarmaba la casa, volvía a armar la otra a la que me iba a mudar en ese momento. En ese momento tenía que vender una casa porque estaba económicamente medio tambaleando y con poco laburo”.
Los médicos decidieron que era necesario operar: “Me operaron. Hice toda la recuperación y pedí solamente quedarme en Fleni que me atendieron divino". Pachano recordó que “aprendí a caminar de nuevo y a manejar el cuerpo de otra manera sabiendo que yo iba a salir y al mes me volví a mi casa”.
