Podría vivir en cualquier punto del planeta. En el que quisiera: una playa del caribe, un suntuoso sultanato árabe, la cosmopolita Nueva York, la frenética Río, la histórica Roma, la glamorosa París, la afectuosa Madrid. Pero a pesar de tener el mundo al alance de sus manos, Tini Stoessel sigue viviendo con sus padres. Con mamá y papá, sí, en una hermosa casona que les proponemos conocer juntos en la zona norte del Gran Buenos Aires.
A los 23 años, Tini es una estrella internacional de la canción y los sets de la tele. Cada paso de su carrera fue medido milimétricamente por sus productores. Eso ayudó un poco. El resto es todo su suyo: su carisma y su talento le granjearon el cariño y la devoción de millones de personas. Y en muchos lugares de la tierra.
Su explosiva y mega exitosa carrera le permitiría, entonces, elegir el destino donde llevar su vida. Sus romances con el español Pepe Barroso y el colombiano Sebastián Yatra, por ejemplo, la podrían haber llevado por esos lares. Pero no. Ella sigue eligiendo la Argentina.
Y no sólo eso: curiosamente para alguien de su dimensión profesional, aún permanece en la casa de los padres en un barrio residencial y silencioso de clase media.
Tini, su papá (ex director de televisión y enemigo público número uno de Marcelo Tinelli), su mamá (quién ganó fama el mes pasado al elogiar públicamente a Khea, a quien se indica como nuevo novio de la cantante) y su hermano viven en una hermosa residencia ubicada al norte del conurbano bonaerense, más precisamente en Beccar, partido de San Isidro con más de 550m2 cubiertos y un parque de 600m2.
Según el perfil de Twitter "RicosyFamososOK", la vivienda está valuada en alrededor de un millón de dólares. Entre 100 y 130 millones de mangos según el tipo de cambio que se toma como referencia. Un vagón de guita. La propiedad y sus comodidades, podría decirse, lo valen.
En épocas de pandemia, "quedarse en casa" es un placer si el hogar es uno como el de Tini, que no tiene un estilo de construcción determinado pero cuenta con todos los servicios habidos y por haber. Por fuera no es despampanante. Es bien bonita, claro, pero no es de las que arrancan exclamaciones de admiración a simple vista.
Como sucede con las personas, lo importante no es lo de afuera sino el interior. Además de un living decorado con gusto de princesa (¡aplauso, medalla y beso para la mamá de Martina!) y una cocina donde meter mano a ollas y sartenes parece más un juego divertido que una pesada obligación de todos los días, la casa cuenta con habitaciones para todos, para huéspedes y para servicio doméstico, play room y un novedoso sistema de seguridad que la vuelve, de algún modo, infranqueable. En ese sentido, es un fuerte.
A los cuatro, pero sobre todo a Tini y a su hermano, les gustan los espacios exteriores. Todas las habitaciones tienen balcones con decks cuya vista da al parque, un espacio que podría considerarse "la vedette de la propiedad".
Hace unos años, la familia encaró una remodelación total de la propiedad, que incluyó la compra de un terreno lindero para agrandar el espacio verde. Los días de calor no son un problema para ellos: si el aire acondicionado central no alcanza para combatir las altas temperaturas, esta la piscina para un chapuzón refrescante. El reciclado terminó hace unos tres años, más o menos.
En sus habitaciones, se cuenta, Tini ha imaginado desde letras hasta coreos, y busca inspiración, a veces, en las pobladas repisas de la pintoresca biblioteca. La calidez de sus ambientes principales y la tranquilidad de un barrio familiar pueden ser los motivos que la lleven a quedarse allí, con sus padres, a pesar de las alternativas que puede disponer.
Lo primero es la familia dijeron siempre en la tele. Y si es con una casa así, mucho mejor.