La muerte de Diego Armando Maradona sigue siendo una fuente inagotable de sucesos y noticias escandalosas y desagradables. Este mañana, en una emisión de LAM que arrancó sacando chispas por todos lados, Yanina Latorre reveló que "una fuente muy confiable y muy cercana al ex futbolista" le contó "cómo lo vivían y cómo lo esquilmaban las hermanas".
Con un celular en la mano y el tono de voz firme como cada vez que brinda una información de este tipo, Latorre contó que "a mi lo que me dicen es lo siguiente. Lo vivieron toda la vida. Le sacaron fortunas y le ponían mala cara si no les daba dinero. No sólo le ponían mala cara, ni siquiera iban a verlo o no lo saludaban".
En el mismo sentido, remarcó que "¿Sabés lo que pasó la última Navidad? Fueron porque había un sobre para cada una con 50.000 pesos para la que iba. ¿Y querés saber más? Antes de ir se aseguraron de que estuviera el sobre. Si no recibían esa plata, no iban".
Además, Yanina agregó que "la palabra que más se usan es "rascan", ver lo que pueden "rascar". Le lloraban, le decían "me pasó esto", "me pasó lo otro", "necesitamos para esto" todo el tiempo. Todas le sacaban plata, y la que más le sacaba era Ana, su hermana".
"La palabra que usaban era rascar. Iban a ver cuánto le podían rascar. Y le lloraban. Que les había pasado una cosa, que les había pasado otra. Si no le sacaban plata, no iban a verlo" disparó Yanina.
"Se turnaban para ir a cuidarlo cuando él no estaba bien. Pero no iban porque lo querían o porque se preocupaban por su salud, iban porque le cobraban. Y no le cobraban poco. Le cobraban 100.000 pesos por fin de semana, era una locura" finalizó Yanina, encendida.
"Ellas no es que querían una ayuda o algo pequeño, no. Ellas como dicen que son una familia pobre y que se sacrificaron para que él fuera lo que fue, quieren una casa cada una, una cuota alimentaria y una manutención permanente" disparó la esposa de otro ex futbolista, Diego Latorre.
Diego Armando Maradona, el mejor jugador de todos los tiempos, falleció el miércoles 25 de noviembre al mediodía en una casa del barrio San Andrés, al norte del conurbano. Sufrió un paro cardiorespiratorio que no pudo superar. Había sólo un familiar junto a él: Johny, un sobrino que en eñl último tiempo se convirtió en una compañía permanente.
