En el costado izquierdo del pecho, a la misma altura del corazón, lleva una estrella de 8 puntas como los viejos sheriff de los condados de Estados Unidos. Y como aquellos jefes policiales que se veían en series como Bonanza, Las calles de San Francisco o Ladrón sin destino, dispara sin piedad.
En la épocas de las comunicaciones digitales, las redes sociales y la velocidad tres, cuatro o cincopuntoero, Baby Etchecopar vendría a ser una especie de alguacil de la televisión argentina. Desde la actitud verbal hasta en la ropa.
En las últimas semanas, desde sus espacios en A24 ("Basta Baby") y en Radio Rivadavia ("Baby en el medio") Etchecopar denunció desde amenazas hasta persecución política. Según lo que dice en sus programas, cada vez más escuchados y cada vez más masivos, lo quieren censurar y silenciar.
Para colmo, Baby provocó una fuerte frase de Miriam Lewin, quien fue recientemente nombrada como Defensora del público. Lewin tiene una larga militancia política y social, y una importante carrera periodístico en diversos medios de comunicación. Uno de ellos fue Cuatro cabezas, la empresa que capitaneó durante muchos años Mario Pergolini.
En una entrevista radial, Lewin habló del fenómeno Etchecopar. "Es un caso anacrónico. Nosotros apuntamos a que no sea escuchado por la sociedad, por eso hablamos de cambio cultural" dijo.
LE CONTESTO
Obviamente, Baby no se la dejó pasar. Después de escucharla, le dedicó su editorial en "Basta Baby". El termómetro de A24 indicaba 6 grados, reflejando una de las noches más crudas del invierno, pero Etchecopar andaba por los 500, más o menos. Hervía.
"Yo respeto su pasado como Montonera y perseguida de los militares, su historia con Astiz y Massera. Aunque sean reales o exageradas las historias, yo se las respeto. Pero que usted se haya metido conmigo, no. Es demasiado, señora Lewin" arrancó Baby.
"Me sorprendí cuando me mandaron lo que usted dijo, que yo soy anacrónico. Mire, señora Lewin, la única anacrónica es usted, y no sé por qué se mete conmigo. Usted dijo algo terrible. Que había que apuntar a que nadie me escuche en la Argentina" ametralló.
"Ya se lo pasé a mis abogados para que lo atiendan. Yo me puedo bancar que usted diga cualquier cosa, hasta las boludeces que dijo Cristina de mi, que soy misógino, porque no me pueden acusar de ladrón, chorro o asesino" destacó el periodista.
"Que usted se enganche en eso -aseguró, siempre contundente- me causó estupor, porque si con esa predisposición va a manejar el conchabo que le dieron estamos perdidos todos los que no pensamos con usted ni creemos sus historias, o la de Carlotto o la de Bonafini".
Para que no quedaran dudas, Baby sumó: "Anacronismo es currar 40 años con los desaparecidos, creerse que porque ustedes fueron Montoneros los que estamos enfrente somos pelotudos, es haber destruído la paz en los 70 y volver por todo en el veinteveinte".
"Señora Lewin, con todo respeto se lo digo: ¿Cómo va a hacer para que ya no me escuchen? ¿Me va a desaparecer? ¿Va a sacarle los televisores a la gente? ¿Por qué no se pregunta por qué yo soy cada vez más escuchado y ustedes tienen cada vez menos gente" volvió a la carga.
"Y además me puso lo de misógino, porque me tienen miedo y me queiren hacer callar. Mire Miriam Lewin: si hablamos de misogninia, el peor acto de misoginia de la historia de la televisión lo hizo usted. Usted, producida por Pergolini, le arruino la vida a Beatriz Salomón, a sus dos hijas, y no tuvo ni la piedad de pedirle perdón. Y mi compañera Beatriz Salomón se murió de un cáncer" la remató.
