No hay vuelta atrás, nada podrá subsanar la grieta que quebrantó el vínculo. Ya accedieron al punto de no retorno y no existe ninguna solución. La relación amorosa entre Barby Franco y Fernando Burlando aterrizó en la estación del final definitivo.
Después de semanas de mensajes contradictorios en apariciones públicas, la modelo y el abogado terminaron por confirmar que la ruptura se erige en un dictamen solvente. Por eso, el foco se direccionó en encontrar los argumentos, aquellas situaciones que empujaron al abismo a este noviazgo.
En sus habituales declaraciones en la pantalla chica, Barby aportó algunos indicios, o al menos su visión de los motivos. “Me afectó la pandemia y estar con él 24x7, que tiene una personalidad bastante efusiva mientras que yo soy bastante más tranquila. Llegó un momento en que le dije ‘todo bien señor, pero basta’. Había cosas de la convivencia que eran un montón” explicó Barby.
Así, la panelista sostuvo de manera tajante: “Yo estoy en mi casa, y él no sé dónde estará ahora”. Esa cuestión de la ubicación geográfica adquirió relevancia en las últimas horas, esa cuestión de no conocer el paradero del otro integrante de la pareja.
"Me voy a sacar el chip de localizción en breve", confesó Barby.
¿Qué pasó? Barby abrió el juego en sus redes sociales a que los seguidores le consulten inquietudes. En ese feedback, un usuario le preguntó respecto a si se sacaría el chip de geolocalización que se implantó hace tres años.
Franco evitó los misterios y con toda autoridad respondió: “Me lo sacaré en breve”. ¿Qué significa esto? Ese dispositivo electrónico se lo instaló de manera subcutánea como medida de seguridad, una decisión que tomaron en conjunto con Burlando, en una época de varios robos y amenazas de secuestro.
Entonces, el chip le permite al letrado a conocer la ubicación en tiempo real de Barby. A partir de los dichos de la modelo, ya no quiere tener ningún lazo, ni siquiera uno tecnológico.