Hace apenas unos días, a las semanas de soplar sus 37 velitas, Belu Lucius se enteró de que tenía que someterse a una operación luego de varias señales de dolor que le hicieron sonar las alarmas y acudir de inmediato al consultorio ginecológico.
Lo que Belu tenía era un tumor en uno de sus ovarios que crecía día a día. En marzo, la influencer se había realizado una ecografía trasvaginal y una resonancia magnética que dieron como resultado el hallazgo de un quiste de tres centímetros. En abril, la bolsa de tejidos ya medía casi cinco.
Al momento de la extracción, el quiste ovárico de Lucius tenía seis centímetros y, según contó la morocha a sus seguidoras, era un puñado de “pelos y dientes y, en su mayoría, cartílago”. ¿Qué la hizo ir al médico? "A mí me dolía y más cuando tenía relaciones”, explicó.
Luego de pasar por el cuchillo y ya en su casa, Belu contó a su comunidad de IG cómo supera estos primeros días molestos con la ayuda de su marido y de su hermana Emily. Si bien se siente bien, Lucius señaló los incordios que atraviesa con la panza hinchada mientras toma antibióticos, protector gástrico y analgésicos.
LA INCÓMODA RECUPERACIÓN DE BELU LUCIUS
“Hoy fue incómodo. La panza me sale casi debajo del busto. Me hace presión y no me deja respirar”, reveló Belu Lucius, y se mostró preocupada por lo que le espera en la próxima menstruación. “No sé si podré usar la copita, encima cuando me viene soy las Cataratas”, anticipó.
Y agregó: “Me siento bien, es un error para mí sentirme bien, porque no me doy cuenta y empiezo a hacer cosas que no debo. No tengo reposo absoluto, pero tengo que estar sentada y quieta. Aries, ¿se entiende? Hormigas en el ojete todo el día, y encima sintiéndome bien, perjudicial completamente”.