La represa que contenía una aparente armonía se quebró en mil pedazos. Ya no hay vuelta atrás en el vínculo entre Benjamín Vicuña y la China Suárez, que tras separar sus caminos en septiembre del año pasado ahora se lanzaron dardos venenosos y fulminantes.
La condición de padres de Magnolia y Amancio imantará a los dos actores de por vida, como un hilo que los une indefectiblemente. No obstante, la dinámica cotidiana estalló por los aires y no augura una posible concordancia, más bien todo lo contrario.
El origen de este nuevo conflicto, tras superar discusiones por la casona que le compró Benja con acciones de la empresa de su madre, se remite a un posteo de la China. Ese tuit en el que la blonda exclamó que se encarga sola de la crianza de sus hijos y que el padre se la pasa viajando.
Claro que eso también se entrelazaba con una pelea de María Eugenia con Yanina Latorre, quien la cuestionó por salir tanto de fiesta y no preocuparse por oficiar su rol de madre. Empero, las salpicaduras llegaron a la figura de Vicuña, que se cansó y salió a responder con todo.
En Socios del espectáculo se produjo la gran revelación, dado que Karina Iavícoli consiguió la palabra de Benja, que se hartó de esa posición en la que lo puso su ex pareja, que se relaciona con un desempeño frío y desaprensivo con sus hijos.
Vicuña le respondió con fiereza a la China y sostuvo: “Sinceramente no entiendo qué es lo que pasa y por qué se cuestiona mi rol. Yo vivo en Argentina para estar cerca de mis hijos y los amo profundamente, soy padre hace 16 años y jamás me cuestionaron mi rol”.