La pandemia de coronavirus golpea fuerte y peligrosamente en toda la Argentina, pero parece enseñada con los barrios vulerables, aquellos que antes se llamaban "villas" y ahora reciben esa denominación "menos estigmatizadora".
Es allí, según las autoridades, donde la dolencia impacta con mayor virulencia y donde se eleva la curva de contagios que puede saturar al sistema de salud. El plan DetectAr se puso en marcha en sus entrañas, precisamente, para frenar la escalada de casos positivos, por estas horas empinada y en busca del temido y angustiante pico.
Con todas las precauciones sanitarias habidas y por haber, Benjamín Vicuña decidió pasar de los dichos a los hechos y todo lo que fue diciendo en las últimas semanas en las redes sociales lo convirtió en acción.
Con barbijo, máscara protectora y demás medidas de seguridad, el actor chileno fue al barrio 21/24 ubicado en Barracas, al sur de la Ciudad de Buenos Aires, a llevar alimentos, bebidas, elementos de limpieza, higiene y desinfección, y también sonrisas y un poco de alegría. Lo invitó la fundación "Pilares", que trabaja muy activamente en esa zona de la ciudad,
Aquellos que tuvieron la posibilidad de acercarse y entrar "en contacto con él" (obviamente respetando la distancia social de dos metros) salieron de allí con el gesto reconfortado y el ánimo por las nubes.
CUARENTENA AGITADA
El período de aislamiento no transcurrió "así nomás" para el galán trasandino. En estos tres meses que llevamos de encierro, arregló cuitas con Pampita, confirmó que será papá por segunda vez junto a la China Suárez, transcurrió más de una crisis junto a la actriz y se mostró orgulloso de sus hijos, pero a la vez un poco preocupado por el apego de sus niños a la tecnología.
Sin dudas, los desencuentros con la China marcaron el punto más caliente de la cuarentena de Vicuña, quien llegó a abandonar la casona que comparten al norte del gran Buenos Aires para instalarse en el departamento de soltero que tiene en Belgrano.
En medio de ese ida y vuelta interminable, Vicuña y la China confirmaron que esperan su segundo hijo. Ya tienen a Magnolia, cada vez más grande y cada vez más revoltosa y divertida, y ahora van a tener un varón.
Según trascendió, la pareja ya decidió que el nene se llamará Carmelo, el nombre de la ciudad uruguaya donde, según cuentan en su círculo íntimo, "pasaron sus mejores momentos".