Desde que atravesó esa puerta y se acopló tarde al enjambre de jugadores de Gran Hermano, Camila ha transitado por un vaivén de emociones y de roles. A pesar de sus esfuerzos, la rubia ha padecido un vacío, que ha cambiado con la actualidad de apenas seis participantes.
El mayor vínculo lo enhebró con Alfa, lo que siempre despertó una mirada de desconfianza en Romina. Justamente, Camila se encargó de narrar los motivos por los que no considera a la ex diputada como sincera en su relación diaria y por qué no la ve como una amiga.
El ingreso de su hermana Florencia le permitió dilucidar algunos comentarios de la ex legisladora, con cierta intencionalidad hiriente. Al parecer, esas charlas con su melliza le activaron una reflexión, que luego exteriorizó en su presentación en el confesionario.
Ahí, en el sillón rojo, Camila detalló las razones de su escasa empatía con Romina: “Siento que hay algunos comentarios fuera de lugar que nada, no me gustan para nada. Como por ejemplo, cuando una persona opina sobre el cuerpo de otra persona. Si sos muy flaquito o muy gordito”.
En la continuidad de su confesión, la pianista añadió: “Si ella puede aprovechar una situación y tirarte toda la mala leche, por el simple hecho de hacer que esa persona se vaya, lo hace. Por ejemplo: La semana pasada pasó que la Tora le dijo algo y aprovechó ese momento que la Tora estaba en placa como para tirarle mala leche, aprovechar esa situación para que la gente lo vea”.
Evidentemente leyó los movimientos de la ex diputada, sus comportamientos, por eso expresó: “No me gusta ese papel de 'por atrás te tiro mala leche y después sos mi amiga y me quiero juntar afuera'. Hay comentarios positivos que ella me dice que yo ya no le creo".
