Artista de trayectoria, que se hizo de abajo y se fue ganando su respetado lugar en la actuación y el mundo del humor, Martín Campi Campilongo (50) abre las puertas de su camarín y se presta a la charla, antes de salir a escena en el éxito del Multiteatro, ¿Qué hacemos con Walter?“Hace un año que estamos en el top five de las obras más vistas. Nos ayudó que ganamos el premio ACE a Mejor comedia. La gente la elige porque es una obra buena, una comedia bárbara. Hablamos de nosotros, de este momento que estamos viviendo como sociedad toda. A simple vista, es una reunión de consorcio, donde yo interpreto al administrador. Campanella habla de la parte más profunda nuestra porque en esa reunión estamos representados unos cuantos. Creo que gran parte del problema de este país son estos personajes. Los políticos tienen mucho de mi personaje, y mi personaje mucho de los políticos. Desgraciadamente no son de fiar. Nunca le compraría un auto usado a un político. En lo personal, no me siento apegado al personaje, tuve que laburarlo. Desde siempre, a este tipo de personajes les rajé y no me caen bien. Todos queremos que al país le vaya bien pero no nos ponemos de acuerdo”.
–¿Qué es lo que más te preocupa del presente que vivimos?
–Que se me está pasando la vida, tengo la mayor parte de mi vida transcurrida y no me aparece el mesías. Un tipo que me haga decir “me pongo la remera y salgo en la foto, yo por este sí lo hago”. Y eso me da tristeza, me enoja y me cansa. Igual, la ilusión la tengo, porque nace del venir de varios fracasos. No me gustaría morirme sin ver a alguien que realmente esté despojado de ambiciones económicas y luche por un país mejor. Soy un tipo de bien, toda la gente que me rodea también lo es. ¿Por qué no puede haber un tipo así gobernándonos? Con cada nuevo presidente uno se ilusiona pero la Argentina no avanza, está como en una rotonda sin salida. El político que viene ahora deshace lo anterior, las cosas que valieron y no la pena se rompen. Avanzamos dos azulejos y retrocedemos tres. Parecemos subnormales como sociedad. Y encuentro que estamos en el mismo lugar de siempre.
–¿Pensaste o te ofrecieron hacer política?
–No haría política a no ser que me juegue por alguien. Pero no veo ni lejos la luz. Me han venido a buscar, me tentaron políticos con dinero, que es la mejor forma de que yo corra para el otro lado.
–¿Apoyarías una candidatura de Marcelo Tinelli?
–A Marcelo lo conozco en lo personal, y es un tipo honesto, que no es poco. ¡Yo lo votaría! De los que veo, es un punto de partida que nadie tiene. En realidad tiene un montón de cosas que los políticos no tienen. Vengo del under, y no era amigo de toda esta cosa de la tele y los cuarenta puntos de rating. Entré a laburar con él con la guardia en alto, y al poco tiempo me fui dando cuenta de todas las obras que hacía. El no las contaba, yo me enteraba. Y me pareció grandioso que no lo usara para prensa.
–¿Qué harías si te propone acompañarlo en su proyecto?
–No lo sé… No creo que me lo diga. Debería estar mucho más saneada la política para que me sintiera a gusto. Enseguida huele a tufillo, a que hay plata de por medio. Y a mí no me corrés con la guita. Y no me sentiría cómodo con que se me relacione con esas cosas. De repente, en la AFA la gente que quiere bien al fútbol se perdió a Marcelo, porque es un hombre de bien. La democracia representativa me representa cada vez menos. Esto de entregarle todo el poder a alguien para haga lo que quiera, a mí no me gusta. Me gusta la democracia griega, la original, donde el pueblo decidía un representante. Lo que pasa es que no es negocio para los políticos lo que a mí me gustaría. Me gustaría que eligiera la gente, con un plebiscito, por computadora.
–Fuera del grabador me decías que todos los días intentás dejar el cigarrillo…
–Lo dejo y lo encuentro donde lo dejé, ja, ja, ja. Fumo desde los quince. Dejé dos veces de dos años. La segunda vez que lo agarré fue cuando estaba por entrar al Bailando, me puse muy nervioso con eso. Me acuesto pidiéndole a Dios dejar de fumar. Amanezco el día diciendo “hoy dejo”. Y al rato estoy buscando el cigarrillo. Pero bajé la cantidad.
–¿Denise no te reta?
–Denise fuma también, pero muy poquito. Entonces es más difícil. Las veces que dejé, dejamos los dos, y fue mucho más fácil. ¡Los chicos me viven retando! Voy a dejar. Estoy con cigarrillo electrónico. Probé los parches, que me funcionaron muy bien, y unas pastillas.
–El año pasado, Denise y vos hablaron de un conflicto con Mariano Iúdica. Los dos son de perfil bajo y sorprendió.
–Lo que pasó con Mariano lo arreglo con Mariano. Lo resolvimos en su momento. No es mi estilo contarlo. Se puso picante el tema…
–¿Llegaron a golpearse?
–No, quedó ahí. No me quedé con ganas de nada en mi vida. Hubo un conflicto heavy que se resolvió casi a las trompadas. No fue por un conflicto conmigo. Reaccioné a consecuencia de un conflicto con Denise.
Campi triunfa con su obra de teatro
Campi y su esfuerzo por dejar de fumar