La palabra “empoderamiento” no existía ni en el rincón más pequeño del vocabulario feminista cuando ella dio la muestra más acabada y concreta de poder que recuerde la televisión argentina de los últimos 15 o 20 años: con tres “no”, y un seco “porque no tengo ganas” Carla Conte (41) le puso freno a las intenciones de Marcelo Tinelli de cortarle la pollerita en una emisión del Bailando por un sueño2006. Fue el primer y acaso más trascendental triunfo de la morocha en aquel ciclo. Un par de meses más tarde, ganó el certamen en una recordada final contra María Vázquez en una noche donde el rating de Canal 13 pulverizó al de Telefe: 33 puntos a 14. Quizás pocos recuerden a Carla alzando el trofeo que consiguió por consagrarse como la bailarina más querida de la farándula. En la memoria de todos, en cambio, quedó su firmeza frente al avance del conductor y hasta la insistencia a gritos del panel, el jurado y la tribuna para que accediera.
Pasaron 13 años y puede decirse que las convicciones de Carla están intactas. O fortalecidas. O cada vez más presentes. Lo mismo puede decirse de su físico, porque el vendaval que proviene de su interior se ve reflejado en esa bella imagen externa que luce en su actual trabajo (Confrontados, el ciclo que conduce en Canal 9 junto a Rodrigo Lussich) o cuando se toma un respiro, como hace muy poquito, y se da una vuelta por la playa en compañía de un par de amigas de toda la vida. Carla yo no es la piba de veintipico que se le plantó a Tinelli y lo desairó como nadie frente a millones y millones de personas, pero a los 41 casi 42 (los cumplirá el próximo 19 de abril) se ha vuelto una encandilante combinación de aquel coraje que mostró de jovencita, la sabiduría que brinda alcanzar cierta madurez y un cuerpo que enfrenta con sobrada dignidad el paso de los años.
Ahí va Carla, entonces, recorriendo las calles de Buenos Aires con su justo y legítimo reclamo de igualdad de derechos. Allí está en una plaza, o en las redes sociales, diciendo que no es no, gritando ni una menos, o mostrando mirá cómo nos ponemos. Y también pide en un tema mucho más sensible: que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Se puede estar de acuerdo o no, pero no se pueden negar su presencia. Está vestida de verde, el color de la esperanza.
Sola. En la calle, Carla está rodeada por miles. Pero su corazón sigue solitario desde que se separó de Guillermo Brutto, el padre de sus dos hijos, Moray Facundo. En una entrevista reciente con el Pelado López, admitió que perdió interés en los hombres y que no descarta tener algo con una mujer. “Qué sé yo, estoy medio hinchada las pelotas con los tipos. Ninguno me viene bien. Creo que el rubro masculino ya no me llama la atención como antes. Quizás pruebe algo con una mujer, podría, pienso que me puede ir mejor”, le contó. Y es tan decidida que es probable que en poco tiempo tengamos novedades.
Carla Conte, una mujer que lucha
Carla Conte y su militancia feminista