Después de la exitosa conversación que tuvo con Nancy Duplaá días atrás, Carla Peterson volvió a hacer un vivo de Instagram, en esta oportunidad, con Luciano Castro, su pareja en la serie, 100 días para enamorarse.
La actriz dejó en claro que con el galán la une una gran amistad y reveló detalles de su personalidad desconocidos hasta el momento. "No sé si lo saben todos, pero Luciano es un catador impresionante de dulce de leche . Creo que probó todos los del mundo", contó Carla.
Luciano no tuvo problemas en admitir su debilidad por este clásico argentino y agregó: "No puedo pasar por un lugar sin probar un dulce de leche, y en casa nunca falta. Hace poco probé dos marcas marplatenses y me sorprendieron mucho. Tengo una larga lista para recomendar".
Luego, la conversación viró hacia los tiempos de 100 días para enamorarse, la ficción en la que hacían de pareja. "Me pregunto por qué yo me tiré encima tuyo como si fuese una langosta en esta foto", comentó entre risas la actriz mientras mostraba una producción fotográfica que habían hecho para la revista Gente.
Carla también hizo referencia a las escenas románticas. "Todos estos besazos ya no los vamos a poder hacer más por el coronavirus", se lamentó.
Lejos de ruborizrse, Castro le siguió el juego y dijo: "¡Pero mirá qué hermoso recuerdo! ¡Y qué jóvenes! Me acuerdo como si fuera ayer de cada escena. Creo que cuando tenés un equipo gigante que funciona bien, no falla el resultado".
Carla también recordó cuando se le perdió la perrita y Luciano la ayudó a buscarla. "Yo tenía hace muy poquito a mi perra, la China, y un día que hicimos un asado con el elenco de 100 días… y vos estabas, ¿te acordás lo que pasó?", le preguntó.
Y Castro asintió: "Fue tremendo. Vos me abriste la puerta y me dijiste toda angustiada: 'Se perdió la China, no sé dónde está, ya la busqué por toda la casa. Con Martín (Lousteau) montamos todo un operativo para encontrarla porque un vecino había visto un perro hace un rato en el edificio y empezamos a dividirnos para buscarla".
Por último, Carla contó: "Lo más gracioso es que la perra nunca había salido de la casa, estaba escondida y como era cachorrita claramente no respondía al nombre todavía. Nos volvió el alma al cuerpo".