Carmen Barbieri tiene muy bien ganado el sobrenombre de Leona, porque verdaderamente es una guerrera que se antepuso ante cientos de batallas. Una de las más difíciles fue cuando tuvo ataques de pánico y confesó que logró curarse gracias a la ayuda de profesionales.
La odisea para Carmen comenzó cuando Georgina Barbarossa se quedó viuda. La partida de Miguel Lucena para la histórica vedette significó enfrentar un grave problema que debía resolver y eso la ayudó a abrir los ojos.
“Yo bajé los brazos y, seguramente, me bajaron las defensas. Entonces, tuve un ataque de pánico cuando murió El Vasco Lecuna, el marido de Georgina Barbarossa. Yo lo amaba y él me amaba a mí. Una semana antes de su muerte habíamos estado juntos... Siempre me hacía reír”, comenzó contando Barbieri en Poco correctos.
Abriendo su corazón y confesando en primera persona lo que le ocurría, aquel trágico acontecimiento marcó para siempre su vida. Según comentó Carmen, el hecho de no poder ir a despedirlo derivó en que Santiago Bal tomara cartas en el asunto.
EL DURO MOMENTO QUE VIVIÓ CARMEN BARBIERI
“Yo lloraba más que Georgina y me descompuse. Se me cerró la garganta. Sentí que me moría. Dije que no podía ir al velorio. Creo que eso fue la gota que rebalsó el vaso”, recordó Barbieri, quien luego pasó a detallar el accionar que tuvo su ex marido.
“Al día siguiente, Santiago me llevó al psiquiatra para ver qué tenía. Me dijo que tenía pánico. No podés cruzar la calle. Estás en una avenida, y sentís que los autos se te vienen encima. Se va saliendo de eso pasito a pasito... A pasitos de bebé, se dice: llegás hasta el ascensor de tu casa y tenés que volver. Después, ya podés bajar... Así hice yo”, destacó.
Lo que recomendó Carmen es que aquellas personas que padezcan algo similar, acudan a la ayuda de un profesional en salud mental. Entre las revelaciones más duras que hizo, fue recordar el día a día en su casa: “Yo no me podía bañar sola. Me bañaba y Santiago tenía que estar en la puerta, con la puerta abierta, porque yo sentía que me iba a morir. Uno tiene la sensación de muerte todo el tiempo. Es una depresión encubierta”.
