La historia de siempre: Fede Bal quería mantener un secreto, vino Carmen Barbieri y lo reveló. Como muchas otras veces, la comediante terminó contando algo que su hijo quería guardar bajo siete llaves. En este caso, qué le dijo el Padre Ignacio de Rosario cuando lo fue a visitar después de que le diagnosticaran cáncer de colon, y qué ritual le aconsejó seguir para ayudar a su sanación.
Para entenderlas, hay que poner las cosas en un mínimo contexto. Hace un tiempo, poco más de dos años, Fede Bal atravesó el momento mas duro de su vida cuando, aconsejado por su novia Sofía Aldrey, se animó a visitar a los médicos después de notar algunos síntomas irregulares en sus sistema digestivo. Los estudios no dejaron dudas: había un tumor alojado en el colon y el tratamiento no admitía dilaciones ni dudas. Por suerte no hizo falta ni siquiera una cirugía. El "ataque" a la dolencia dio mejor resultado del esperado y el actor, por suerte, está muy bien y disfrutando su vida.
El Padre Ignacio en realidad se llama Ignacio Periés Karikasilaruya, y aunque vive hace muchos años en Rosario no es oriundo de esa ciudad. Ni siquiera es argentino: nació en Sri Lanka, en ese continente asiático tan lejano en kilómetros, idioma y costumbres. Afincado hace muchos años en el barrio Rucci, se hizo famoso por sus "poderes curativos", su impresionante "imposición de manos" y sus misas multitudinarias. Cuentan que se han juntado cerca de medio millón de personas en esas ceremonias, y que su fama cruzó los límites de nuestro país y viene a verlo gente de todo el mundo.
En ese momento de temores y angustias, Fede encontró contención y compañía en las palabras del sacerdote, al que visitó en Rosario. Varias veces contó que estaba eternamente agradecido a los médicos, al tratamiento, a su novia, a su madre, a sus amistades, al público que siempre le transmitió aliento y esperanzas... y también al Padre Ignacio por ese encuentro que resultó tan significativa para él.
A Fede le preguntaron varias veces cómo fue esa reunión, y por "hache o por be" nunca quiso largar mucha prenda. Simplemente se limitó a decir que había sido estremecedor, un momento mágico, reveló que había salido conmovido y que todo lo que sucede alrededor del cura es muy muy espiritual, pero una y otra vez prefirió mantener en reserva lo que se habían dicho cuando estuvieron cara a cara.
Pero Carmen hizo la de siempre. Arrancó a hablar y deschavó eso que Fede no quería decir. Que no tiene nada de malo, pero bueno... "Ese momento fue muy especial, muy importante. El Padre Ignacio se acercó a Fede y le dijo que si tenía ganas de vivir y ponía fuerza y empeño iba a salir adelante. Le dijo eso y después le mandó a hacerse unos baños de barro y ajo. Entonces era Sofía la que lo bañaba, le pasaba eso por todo el cuerpo. ¡Y había un olor a ajo en toda la casa! Eso ayuda, sin desmerecer ni desconocer a los médicos, claro, que hicieron un trabajo fenomenal", describió la capocómica.