En vivo y en directo, como si fuera la protagonista de un gran realitie televisivo, Carmen Barbieri se enteró en plena emisión del programa Mañanísima, que conduce todos los días en el canal Ciudadmagazine, que no tiene una hermana. El resultado del ADN que se hizo con Alicia, la mujer que dijo ser hija de Alfredo Barbieri, el padre de la comediante, dio negativo y "cero por ciento de posibilidades de parentesco".
Los últimos 4 minutos de la emisión de hoy fueron las más tensas en la historia del ciclo y una de las más nerviosas de estos años en la televisión local. El sobre con el resultado del examen (efectuado el 24 de junio) llegó al estudio y a las manos de Pampito, que lo leyó como si fuera un gran maestro de ceremonia.
Con Carmen expectante y "comiéndose las uñas" como cuando Jorge Rial anunciaba un eliminado de Gran Hermano o Marcelo Tinelli contaba quién seguía y quién no en los Bailando por un sueño, Pampito fue leyendo todo lo que decía en los papeles que había dentro "del sobre". Solamente faltaba "el escribano" a un costado de todos ellos. El clima era agobiante.
Lo primero que contó Pampito fueron los métodos que se utilizaron para extraer las muestras que luego serían analizadas, y que cada una de las partes había dado conformidad en cuando al sistema que se iba a usar para el estudio. "¡Bueno, dale!", lo apuró Carmen, a esas alturas casi desesperada por conocer el resultado y saber si la familia se agrandaba o no.
Entonces, Pampito se apiadó de la conductora y pasó a leer el estudio propiamente dicho. "Cero por ciento de coincidencias. No hay compatibilidad ninguna, ni posibilidades de parentesco", anunció. "Acá está el resultado, Carmen, y dio negativo. Vos estabas ilusionada, y querías encontrar a una familiar, pero Alicia no es tu hermana. Esto es científico, ella no es tu hermana".
En el estudio se hizo un silencio penetrante. Que duró segundos pero que parecieron horas. Carmen se preocupó por Alicia y también por Federico, su hijo, mientras recibía las primeras palabras tanto de sus compañeros como de sus conocidos, que le iban escribiendo a su celular. Estaba un poco emocionada y alog más tranquila. Había develado una de las grandes incógnitas de su vida. Y en la tele, claramente su segundo hogar.