En las últimas semanas, Cecilia Dopazo sorprendió a todo el mundo del espectáculo al lucir radiante con un increíble y brusco cambio de look. Relajada y aprovechando las semanas de cuarentena obligatoria, la actriz decidió dejar de lado la tintura para el pelo y así lució una increíble cabellera blanca cargada de unas largas canas.
No obstante, en las últimas horas, en una entrevista con Guillermo Andino y Soledad Fandiño para el ciclo Es por ahí, Cecilia dio detalles de cómo vivió la pandemia, cómo logró manterse activa para no sentir la depresión del encierro y explicó cómo fue que tomó la decisión de cambiar radicalmente su look, disfrutando de su pelo blanco crecido.
"En pandemia estuve estudiando, hice un curso de literatura y escritura, leí un montón, dirigí por streaming como una especie de cortometraje pero que salía en vivo, y también hice un corto. Estuve bastante activa, no doy clases, pero sé que quién lo hacía lo siguió haciendo porque era muy necesario, se encontró la vuelta por todos lados. Ahora es muy conmovedor el regreso de la gente en el teatro, por la necesidad que hay de ir, de reirse y de reencontrarnos", comenzó relatando la actriz, feliz de poder volver a pisar los tablones.
Sin embargo, ante el elogio del conductor quien le remarcó lo bien que le quedaba su nuevo estilo, Dopazo confesó cómo fue que tomó esta decisión: "Son mías y eso es de las cosas buenas que trajo la pandemia. Fuimos un montón las que nos dejamos de teñir. Era malísima la tintura para el pelo. Yo tengo canas desde los 16 años, aunque en ese momento se me mezclaban. Hice como cinco películas tiñiéndome y después no podía volver a mi color".
Asimismo, hizo una fuerte reflexión sobre las exigencias sociales y reveló lo feliz que se sintió al dejar crecer su pelo natural: "Yo ni me planteaba que podía dejármelas, era como una obligación, quedaban feas. Con la pandemia fue la excusa de no podía ir a la peluquería. A mi me relajó, me apareció una libertad y me hizo tan tan bien. Hay toda una comunidad que se llama silver sister y es internacional. Son chicas de 15 años, 45 años que tienen canas y que dicen que el blanco también es un color”.
“No soy esclava de lo que se supone que debe ser. Estoy muy contenta, y aparte nunca tuve tanto trabajo con este pelo en simultáneo. Aviso a los productores que me voy a hacer una peluca buenísima del color que quieran, pero también está esta posibilidad que me tiene muy feliz, muy liberal y muy contenta", concluyó bromeando entre risas y orgullosa de su impactante decisión.
