Tras un año difícil y distinto en lo laboral, donde la sacaron de Los Angeles de la mañana y se le terminó su trabajo al frente de La previa, Lourdes Sánchez se replanteó muchas cosas y buscó por donde canalizar ese tiempo libre. Abocada a las redes, junto a su hijo y a su marido, la bailarina encontró una actividad que le resultó gratificante.
“Me agarró miedo. Entre quedarme sin laburo y el virus, la incertidumbre fue mayor. Pero me llamaron de Hay que ver”, declaró la mujer del Chato Prada en Gente. Sin embargo, en medio de la pandemia y con más disponibilidad horaria, ese tiempo libre la morocha lo aprovechó para incursionar en la gastronomía.
"En un momento empecé a trabajar con influencia para marcas y generé un montón de cosas que me salvaron la cuarentena. Fue un cimbronazo cuando me pongo a cocinar. Porque ni un huevo duro te hacía... Mi abuela cocinaba espectacular y tengo un hermano chef y pastelero, pero yo, cero”, contó Lourdes.
Y en cuanto a esa nueva faceta culinaria, Sanchez agregó: “Lo primero que hice fue una pastafrola, que se me ocurrió grabar paso a paso. Tuvo tanta repercusión que me asombró. Ahí empecé a adquirir cosas de repostería, como la mejor batidora, y a relacionarme con muchos cocineros”.
A medida que iba aprendiendo, descubriendo ese nuevo mundo y el espacio de la casa, la bailarina encontró otra manera de comunicarse a través de sus redes y explicó: “Me gustó tanto que decidí cambiar a cero mi cocina para poder hacer mis contenidos".
"Ya tengo comprado mi uniforme. Mi sueño, sin saber cocinar, siempre fue tener una confitería. Ahora me encantaría poner una casa de té", adelantó la bailarina.
Abocada de lleno a esta nueva faceta, Lourdes adelantó que en marzo comienza la carrera de Pastelería en el IAC: “Ya tengo comprado mi uniforme. Mi sueño, sin saber cocinar, siempre fue tener una confitería. Ahora me encantaría poner una casa de té: ése es mi gran proyecto".