Claudio Albarenque: "Ahora que soy padre me siento un superhéroe"

El 16 de junio de 2019 es una fecha que quedará inmortalizada en la mente y en el corazón del periodista y conductor Claudio Albarenque como el día en que cambió su vida para siempre. Ese domingo 16, su mujer Josefina dio a luz por cesárea a Agustín, el primogénito de la pareja. “Estoy muy movilizado. Fue un bebé muy buscado, muy esperado. Estoy sorprendido, porque es una cosa que te supera, es más fuerte que todo. El casamiento fue muy fuerte, tal vez cuando las cosas llegan más de grande pasa eso, pero noté lo mismo cuando me casé que ahora. Me pasó por encima una ola de energía de la gente que te quiere…”.

 

 

–Me imagino la espera desde el momento en que se enteraron de que iban a ser padres.

–Son nueve meses que estás en el aire, y cuando llega el momento quedás como aturdido. Me pasó que estaba yendo de invitado a Involucrados y me acuerdo de que volvía del programa a casa, a la una de la tarde –nosotros teníamos fecha para el martes–y Jose me dice: “Nos adelantaron, tenemos fecha para hoy”. Estuvimos tres días internados y fue como estar en una dimensión paralela. Estuvimos en el Sanatorio Otamendi y nos trataron de diez. Imaginate para nosotros, que éramos primerizos, nos ayudaron un montón, te entrenan… después llegamos a casa y buscábamos el manual. Ja, ja, ja. Tuvo un par de noches que dormía de día y estaba despierto toda la noche, y nosotros sin dormir, ya me iba a trabajar sin pegar un ojo, pero con una felicidad enorme. 

 

–¿Cómo te llevás con el cambio de pañales?

–Ayer (jueves 27) tuve mi primer encuentro con el destino. Soy muy de participar y me encanta… soy de los que piensan que el hombre y la mujer tienen que ir de igual a igual en la crianza, pero con el pañal estaba un pasito atrás. Pero ayer estaba esperando que haga el provechito y me di cuenta de que estaba con caca, y bueno… cuando abrí ese pañal… ¡mamá! Pero ya estaba ahí y lo cambié. 

 

–¿Presenciaste el parto?

–Sí, pedí entrar y estaba muy inquieto, quería ver, pero como te ponen atrás del campo quirúrgico, preguntaba a cada rato, hasta que el médico, Miguel Cogorno, me autoriza, me levanto, veo que lo estaban sacando, lo sacan, me lo ponen de frente, y fue como un rayo, como que me miró Dios, un contacto celestial. Yo soy muy llorón, pero me venía haciendo el guapo, pero en ese momento largué el llanto, chorrear lágrimas, mocos, todo… es un momento único que no se compara con nada. Ser padre te cambia la vida. Ahora entiendo a los que dicen “yo por mi hijo esto, lo otro, doy la vida”… te juro que me siento un superhéroe, por este doy la vida, los pulmones el corazón, ahora entiendo todo, ahora sé por dónde pasa la vida. 

 

–¿Quién le eligió el nombre?

–Estábamos entre Agustín y Mateo… pero yo soy católico y me gusta mucho la historia de San Agustín, que, si se quiere, para el momento tiene una historia bohemia, se le daba por el teatro, por el arte y de grande como que se acomoda. Tiene una frase muy linda que dice, palabras más, palabras menos: “Yo soy el hijo producto de las lágrimas de mi madre”, porque la madre lloró mucho por él, para que se encaminara… y bueno, por eso y porque nos gustó el nombre. Agustín Albarenque, me encanta nombrarlo. 

 

–Te está yendo bien en la radio, en la tele, con la llegada de Agustín y la familia es como que cerrás un círculo exitoso.

–Es un momento intenso, lindo y de plenitud. Está claro que la llegada de un hijo te corre, pero todo acompaña. En la radio a nosotros nos va bien con Hablá por vos, pero en medio de un quilombo de la radio, de una transición, veremos cómo termina la historia ahí.