Cristina Pérez brilla en la pantalla chica, hace años que se erige en una referente absoluto del periodismo y su espacio al frente de uno de los noticieros más prestigiosos de la televisión se sustenta en su talento y capacidad comprobadísima.
Dentro de su plano personal, la comunicadora transita por un periodo de extrema felicidad por el reciente noviazgo con el diputado Luis Petri, que la tiene entusiasmada a los 48 años, como flotando por las nubes impulsada en el sentimiento más poderoso.
Todos los años de trabajo en la señal líder de la pantalla chica le permitió cumplir un sueño, que se vincula con la adquisición de un hogar ideal, que cumple con creces con sus deseos. Sí, Cristina vive en la zona más codiciada de Buenos Aires: Puerto Madero.
El departamento de Pérez brilla por su ubicación privilegiada, en un barrio en el que suele tallar una mejor seguridad, además de una decoración de la vía pública única, con todos los parques y la cercanía con el Río de la Plata.
Así que la casa de la periodista posee un puente con el agua, porque los ventanales gigantes le posibilitan una conexión con la inmensidad de ese accidente geográfico. Además de aportarle una luminosidad increíble a todos los ambientes.
Y a la hora de recuperar energías en su departamento de buena altura, uno de sus placeres más grandes pasa por la lectura. Amante de los textos escritos y de recitarlos, pasa horas y horas leyendo. Y para hacerlo elige distintos rinconcitos de su glamorosa casa en donde se mandó hacer, a medida, una gran biblioteca de pared a pared, en color blanco, en la que, también, incluyó adornos.
Otro de los espacios que le despiertan una enorme utilidad es el balcón, que se extiende por todo el lateral del departamento, desde el living a la habitación. En ese lugar suele salir a tomar un refresco o también aprovecha para realizar ejercicios físicos.
Esa propiedad se hizo muy famosa por una trampa que realizó Cristina con una directora de un polémico medio noventoso a Joaquín Furriel, su novio en aquellos años: "Le dijo que no había prensa y lo hizo salir al balcón para que les tomen fotos y tener una tapa", contó una persona que se las sabe todas. ¡Qué feo, señora!
