Fernanda Callejón logró armar una amplia carrera sobre los escenarios y los programas de televisión en los que siempre deslumbró con su figura, sus vestuarios y su elegancia.
Y lejos de mostrarse de “entre casa” o con algunas cómodas zapatillas, la vedette siempre supo llevar su andanza sobre enormes tacos que no solo llamaban la atención de los espectadores, sino que también causaban un dejo de envidia por lograr ese increíble estilo al caminar.
Pero los zapatos y los exclusivos calzados no ingresaron en la vida de Fernanda cuando ella decidió brillar en los teatros, sino que el vínculo entre ambas viene desde que Callejón era una simple adolescente.
Con 14 años, la modelo se instaló con su familia en Villa Carlos Paz en donde decidió emprender su primer trabajo como vendedora en la zapatería de su hermana mayor, Sandra.
Y aquel dinero que obtenía de sus primeros sueldos, eran invertidos únicamente en clases de ballet y de teatro, con el sueño y la meta -ya cumplida- de poder convertirse en una reconocida actriz.
“La zapatería de Sandra era Disney para mí. ¡No sabés los modelos divinos que hacía Javier, mi cuñado! Los amaba. Me acuerdo cómo trataba de convencer a mi hermana para que me dejara usarlos”, comenzó relatando Fernanda en una entrevista exclusiva con la revista ¡Hola! Argentina.
Además, mientras charlaba sobre sus inicios en el mundo de la moda, abrió las puertas de su espectacular vestidor, el cual acaba de terminar de remodelar, en el que se pueden apreciar sus más de 250 pares de zapatos de todos los estilos y colores.
Cabe destacar, que en un comienzo, ese espacio iba a estar destinado para hacer un playroom para su hija Giovanna de cinco años, pero quedó completamente libre ya que la pequeña eligió jugar en su propio dormitorio: “Con Ricky (Ricardo Diotto, su pareja) estábamos en una disyuntiva: él quería poner su estudio de grabación y yo soñaba con un vestidor tipo Sex & The City”.
Asimismo, su participación en el ciclo Corte y Confección edición famosos la logró posicionarse aún más cerca de este mundo mágico, y su pasión por las telas y las prendas la llevaron directamente a la final, en donde quedó en segundo puesto al ser derrotada por Aníbal Pachano.
Ahondando en su pronto retiro de las tablas, Callejón explicó que a pesar de haber dejado a un lado su carrera como vedette, nunca se “bajará de los tacos”: “Nunca me voy a bajar. Los tengo incorporados. Me los pongo y me olvido, son parte de mí. Tengo pies lindos, de bailarina, y me gusta mostrarlos. Los tacos tienen que ver con la pisada escénica, con la pisada en la vida y a mí siempre me gustó pisar fuerte”.
“Nunca me voy a bajar de los tacos. Los tengo incorporados. Me los pongo y me olvido, son parte de mí"
Dentro de esta magnífica colección, descansan varios pares de exclusivas casas de diseñador como Gucci o Yves Saint-Laurent. Y aunque supera ampliamente los 250, recuerda que podrían ser más si contara los que donó en algún momento: “Eso sin contar los cientos de pares que doné a la Casa del Teatro, los que tengo guardados en baúles en Córdoba y los mocasines, slippers y zapatos de taco bajo que uso todos los días para coser a máquina en la tele”.
“En los ’90 empecé a coleccionarlos, cuando empecé a viajar”, le cuenta la actriz a ¡Hola!, mientras revive cada detalle del inicio de su pasión: “Tuve que trabajar muchos años para poder comprarme zapatos buenos. Cuando trabajaba con mi hermana, ella me los prestaba, y en la revista los tacos me los daba la producción”.
“Está bueno decirlo porque uno se construye a través del tiempo. Vengo de muy abajo y me pulí, como los diamantes. Estaba de novia con Guillermo Cóppola, que fue una pareja muy importante en mi vida, y él me mostró las altas ligas de la moda. Fue mi maestro en esto de las marcas y el disfrute por la ropa buena”, continuó rememorando aquellas épocas en donde cada taco la deslumbraba por completo.
Además, continuando con la entrevista, confesó cuál fue su primer par de lujo: “Creo que fueron unas sandalias de Gianni Versace que compré en Italia. Muchos de los modelos que tengo acá los heredé de mi amiga Claudia Villafañe. Salíamos de compras juntas por Via Condotti, en Roma. Son zapatos que aún tengo y que cuido como si fueran oro. Esas sandalias las uso al día de hoy, con jeans y camisa blanca”.
Por otra parte, Fernanda aseguró que a la hora de armar un look no comienza con los zapatos, pero que sí aprendió que son los que “definen y equilibran”.
