Con la valentía de diversas voces de mujeres se destapó, de manera pública, el accionar errático, desleal e incorrecto de Antonio Laje, en su rol de conductor del noticiero de América y con su faceta de director de ese ciclo noticioso del canal de Palermo.
Hace tiempo que periodistas que trabajaron bajo el ala de este comunicador tomaron el sendero de especificar los malos tratos recibidos, que exceden notoriamente la exigencia en búsqueda de la excelencia y se vinculan con la violencia.
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A pesar de la recopilación de testimonios, e incluso con la presentación de un organismo que aglutina a mujeres periodistas ante la Justicia, Antonio continúa al aire de América, lo que despierta la indignación de un enorme grupo de personas.
En todo ese contexto, en las últimas horas otro integrante del ciclo abandonó al conductor, se trata de Ramón Indart, quien el viernes explicó los motivos para culminar su recorrido de cinco años al lado de Antonio, en un episodio de frialdad del controversial periodista.
Lo cierto es que Laje y las autoridades de América se reunieron para analizar qué pasos seguir tras esta oleada de denuncias y de un clamor público por tomar cartas en el asunto. Según cuentan en los pasillos de la señal de Palermo el cónclave se desarrolló con una exigencia tajante de los dueños.
Antonio disponía del respaldo absoluto de Liliana Parodi, que a partir de todo este escándalo renunció a su puesto de gerenta de programación, y ahora ya no abundan los directivos con peso que se jueguen el pellejo por el conductor.
La decisión que desencantó de la reunión fue que por el momento las autoridades poseen una visión positiva del trabajo del periodista, pero le advirtieron que no hay más lugar para otro episodio similar y que en caso que surja otra denuncia lo desvincularán del canal.
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