El dicho habla de que el vino cuanto más añejo es más rico. A Nancy Dupláa el paso de los años la convirtieron en una mujer cada vez más interesante. No sólo porque la belleza física se adapta a la perfección a la vida transitada, sino porque esa experiencia le dio solidez en su discurso y fortaleció a la artista que es desde jovencita.
Y el último fin de semana, todos esos motivos sumados a que el gran sueño de su vida, el de formar y mantener unida una familia, está realizado fueron motivos más que suficientes para que festeje. Un nuevo cumpleaños, la llegada de los cincuenta y el comienzo de una nueva década la encontraron rodeada de sus afectos, empezando por su esposo, Pablo Echarri y sus tres hijos, Morena, Julián y Luca.
En la intimidad de su casa, en el barrio de Colegiales, el amor de su vida le organizó una celebración y estuvo en cada uno de los detalles. No sólo de los organizativos –estuvo bajando cajones con insumos de una camioneta hasta último momento– sino de que para la morocha fuese una verdadera noche soñada.
Por WhatsApp invitó a amigos y familiares, y pasadas las ocho de la noche comenzaron a llegar al lugar los invitados, entre ellos Sebastián Ortega con su mujer, también Dolores Fonzi, Andrea Pietra con Daniel Grinbank, Eleonora Wexler, Fernán Mirás, Julieta Ortega –que presentó en sociedad a su nuevo novio, Camilo Vaca Narvaja–, Andrea Rincón, Malena Solda y Pablo Culell, entre otros.
Fue la propia Dupláa quien les abrió la puerta lookeada con un enterito en color negro con un hombro al descubierto, accesorios en color plata y las uñas pintadas en colorado, a puro abrazo e intercambio cariñoso.
Durante la noche, Nancy rio y disfrutó a pura carcajada, pudo compartir un ratito con cada uno de los presentes, agradeció los regalos que le acercaron –un grupo de invitados compró uno grande en común, Jorgelina fue con una planta de helecho, Dolores con un perfume que hace una amiga y Andrea con una prenda de una conocida casa– y bailó todo lo que quiso.
Al ritmo de la cumbia y de las canciones de moda más populares, la artista le hizo honor al festejo a puro choripán y parrillada. Eso sí, como no podía ser de otra manera, también le dedicó su momento de cariño a Echarri. Después de soplar las velitas, con su marido compartieron un apasionado beso, a la vista de todos los invitados, que fueron testigos privilegiados.
“Es una buena edad para hacer balances. Los años me traen mucha sabiduría, capacidad de disfrutar de la familia que siempre soñé”, compartió, aplomada en sus palabras. “Gracias por tanto. Pasé un cumpleaños soñado. Nunca pensé en recibir tantas demostraciones de afecto sincero”, expresó Nancy. Incluso se dio su tiempo para reflexionar sobre los días que transita el país.
“La transición fue en paz. Se dejó un tendal de cosas negativas, mucha gente fuera del sistema de nuevo, pero se tienen todas las herramientas para salir. Se ha armado un gran equipo de laburo”, resumió, entusiasmada, antes de continuar disfrutando la noche, que superó todas sus expectativas, junto con los que más quiere. Por muchos, muchos festejos más…
