Todas las semanas los concursantes de Gran Hermano deben cumplir con una serie de retos para poder definir el presupuesto semanal. En las primeras pruebas empezaron con el pie izquierdo, pero ya en su sexta participación, lograron ganar tres al hilo.
El juego estaba dividido en tres partes, las cuales eran muy parecidas entre sí, solo variaban en pequeños detalles. En el patio de la casa más famosa de la Argentina se delimitó una cancha de vóley, al costado de las líneas trazadas, habían cinco baldes con una marca a la cual debían llegar.
Uno de los participantes debía posicionarse un lado de la cancha, mientras los otros hacían fila por el sector contrario. El hermanito que estaba solo debía lanzar sobre la red un globo de agua, a lo que los demás intentaban agarrarlo para luego depositarlo en uno de los baldes y tratar de llenarlos.
Así hicieron con los cinco en cada una de las tres etapas. Una de las reglas fundamentales era que los lanzadores estaban obligados a cambiar a medida que avanzaban las fases del reto. Por otro lado, en la primera parte podían usar la remera para ayudarse, pero en la segunda, y posteriormente la última, solo las manos eran sus herramientas.
A pesar de que estaban nerviosos porque se enterarían del resultado durante el domingo 27 de noviembre, en donde uno de los participantes abandonó el certamen, los participantes lo hicieron bien y superaron ampliamente las expectativas del programa.
Cabe destacar que tenían tiempo para llenar 13 baldes como mínimo, aunque hicieron 15. Al momento de darles la noticia, Santiago del Moro cometió un pequeño error y les anticipó el resultado, por lo que el misterio y la intriga desparecieron rápidamente para dar lugar a la felicidad. Al final Thiago, líder de la semana, reveló lo que se conocía. Ganaron todo el presupuesto.
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