Sorpresivamente, Cristina Pérez se separó de Yoel Freue. En el “pase” que todas los días protagoniza en Radio Mitre antes de que empiece su programa, Confesiones en la noche, con Jorge Fernández Díaz, el conductor de Pensándolo bien, anunció la ruptura y dio algunos detalles acerca de su estado anímico.
“No fue una semana fácil, les voy a decir la verdad. Y ya que estamos, voy a decirles por qué, y lo digo después de atravesarlo, después de pensarlo mucho y después de vivirlo, pero… pero bueno, me separé. Nos separamos”, arrancó quien también conduce la edición vespertina de Telefe Noticias junto a Rodolfo Barilli.
Después de un sinfín de rumores que la vincularon a su compañero de escritorio televisivo y de un interminable coqueteo entre ellos, Cristina Pérez dio por tierra con las versiones al blanquear su historia de amor con Yoel Freue, un joven apuesto y musculoso 15 años menor que ella. No eran fanáticos de la exposición, pero al cabo del verano parecían una pareja consolidada.
"Un amor que termina no cierra la puerta de otro. Una tiene que estar siempe anhelante de amor" avisó Cristina.
Pero no. El romance terminó. “En este caso tiene que ver con cuestiones de los proyectos personales de cada uno, que a veces hacen eclosión en la vida. A mi no es la primera vez que me pasa que haya un cruce en los caminos porque uno elige una forma de vivir, tiene proyectos para el futuro que el otro puede no tener, y esas cosas a veces separan las aguas. Entonces para no dañar el amor, la buena voluntad y la buena fe de las personas, se transitan momentos, ¿Vieron?”, explicó la tucumana.
A la hora de dar más precisiones, agregó que “en nuestro caso, hay más que nada una vocación religiosa de Yoel, que es algo muy respetable, y a partir de eso hizo que haya diferencias que son bastante irreconciliables entre nosotros. Pero cuando estuvimos juntos nos dimos lo mejor. No hay que vivir esto como un fracaso”.
Como para agregar una cuota de misterio a lo que derivó en el final de la relación, contó que “crecí entre mujeres que a veces no podían elegir ni a la persona con la que se casaban. Y el motor de mi vida es la libertad. Para mi, no hay amor sin libertad. En la libertad encuentro el horizonte. Hay una canción que dice 'si no hay amor, que no haya nada' y yo sigo “si no hay libertad que no haya nada”.
“Hay un tango de Goyeneche que dice 'no hay que temerle al esquinazo del dolor'. Y cuando vos querés bien te devuelve bien. El problema lo tienen las personas cuando quieren desde el egoísmo, o desde el dominio, y la relación se transforma en tóxica y de ahí no sacás una buena cosecha. Igual, por supuesto que no hay separaciones sin dolor. Y yo estoy transitando eso”, cerró la periodista.