Ni en Casa de Gobierno, ni en el Congreso, ni en un Ministerio ni en una Unidad Básica ni en un sindicato: hoy por hoy, la principal pelea vinculada a la política se da en la televisión. Y entre dos periodistas. Por más raro que suene, por más extraño que parezca, el combate de fondo vinculado a las cuestiones del quehacer diario lo protagonizan Eduardo Feinmann y Cristina Pérez, dos de las principales espadas mediáticas vinculadas al oficialismo.
Todo comenzó cuando Feinmann contó un enigmático: según él, alguien muy vinculado a un Ministerio con un trabajo muy visible y muy conocido aprovecha esa relación taaaan cercana para moverse de un lado a otro y de un laburo al siguiente con autos pertenecientes a esa dependencia pública y pagados obviamente por la gente, por el pueblo, "con la tuya contribuyente". Le dijo algo así como "con tu plata hacé lo que quieras, pero con la de todos los argentinos no, eh".
Siempre polémico, filoso y frontal, curiosamente Feinmann decidió guardar el nombre de los involucrados bajo siete llaves. No largó prenda ni tiró una inicial. Nada. Sin embargo, no hizo falta. Las redes sociales volvieron a hacer lo suyo (más que nada, Twitter, que en cuanto a maldad le saca años luz de diferencia a Instagram y a Tik Tok) y decidieron "in límine" que estaba hablando de su colega Cristina Pérez.
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Ella es la mujer de Luis Petri, titular de la cartera de Defensa, y tiene un par de laburos muy conocidos y muy visibles. Dos más dos es cuatro: la gente repitió tanto el nombre de la conductora de La Nación+ y Radio Rivadavia que no hicieron falta confirmaciones de ningún tipo. Algo parecido a lo que sucedió esta semana con Eial Moldavsky y Lali Espósito: el no le puso nombre y apellido a su chimento, a su historia sexual, pero quedó clarísimamente claro que estaba hablando de la morocha. El mismo patrón, pues.
CRISTINA PEREZ LE SALTÓ A LA YUGULAR A EDUARDO FEINMANN Y EXPLOTO EL ESCANDALO DE LOS AUTOS
El escándalo fue creciendo poco a poco y con el correr de las horas se transformó en un tema nacional. La acusación no era menor -sobre todo en una época donde el gobierno pregona el ajuste a rajatabla, la mostosierra y el "no hay plata" como leit motiv de su gestión- y tanto Feinmann como Cristina Pérez han defendido casi "con el cuerpo" esa postura de "no gastar más de lo que se recauda". Antiperonistas los dos, llamó la atención que pudieran caminar ahora por veredas diferentes.
Frente al cariz que estaban tomando los acontecimientos y claramente anoticiada de lo que estaba sucediendo en ese "mundo aparte" que es Twitter, Cristina Pérez se dirigió a su cuenta de esa red social para tirar con munición gruesa -tratándose del Ministerio de Defensa, qué otra cosa podía esperarse- y hacer explotar todo. "Ante versiones confusas quiero contarles que el medio de transporte en que asisto a mi trabajo es el taxi. Que lo pago de mi bolsillo como todos y cada uno de mis gastos. Que no sé manejar, no tengo auto y que tengo cuatro trabajos que me permiten total autonomía. Que tengan un lindo viernes" puso. ¡Boooooooom!
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