La fría madrugada del 24 de junio de 2000 todavía está clavada como una daga en el corazón del pueblo argentino: en medio de la neblina de una noche de dos grados de sensación térmica, un inexplicable accidente ocurrido en la Autopista Buenos Aires-La Plata cegó la vida del Potro Rodrigo, uno de los ídolos más grandes de los últimos años. 22 años después, Marcela Tauro hizo una cruda reflexión en Intrusos: "No entiendo como Beatriz Olave no acepta a su nieto por parte del Potro", expresó la panelista.
Al fallecer, Rodrigo tenía sólo 27 años y estaba empezando a disfrutar de una fama que no tenía techo: sus temas sonaban en todas las reuniones familiares y se bailaban con alegría y pasión en los cuatro puntos cardinales del territorio nacional. Había transitado, además, un recorrido sentimental algo cambiante y turbulento. Tenía un hijo: Ramiro Bueno, fruto de su relación con Patricia Pacheco.
Unas cuantas mujeres se adjudicaron haber sido "el amor de su vida". Marixa Balli fue la más famosa de todas ellas. Patricia Pacheco y Alejandra Romero fueron sus parejas oficiales, y en el medio de todos esos idas y vueltas disfrutó de un intenso y volcánico affaire con Graciela Alfano, nada más y nada menos. Algunos cuentan que su verdadera pasión era "Sarita", una mujer de la noche "a la que quería con locura".
La muerte se llevó consigo todos esos secretos, y aquí quedó Ramiro Bueno, su hijo, por entonces un niñito y hoy "todo un hombre" que enfrenta la vida con las armas que tiene. Pensando en él y en la situación general de la familia fue que Marcela Tauro habló y generó un intenso debate en la mesa de Intrusos, que estaba tocando el tema.
"Lo que no puedo entender es por qué Bety (por Beatriz Olave) no acepta al nieto que tiene de parte de Rodrigo" manifestó la panelista más experimentada de una mesa que también integran Flor de la Ve en su rol de conductora más Pablo Layús -cordobés como el Potro- Gonzalito Vázquez, Maite Peñoñori y Virginia Gallardo como compañeros de espacio.
Hace poco, fue el propio Ramiro quien confesó que prácticamente no tiene relación con su abuela Beatriz Olave, de quien siempre se dijo que quedó muy afectada por la inesperada y rápida partida del Potro. "Es el único nieto de tu hijo que murió, es como tu conexión con él, sigue siendo tu sangre. Realmente no entiendo qué pasa ahí", repiqueteó Tauro, mientras sus compañeros trataban de encontrar una explicación a semejante inquietud.
