Luego de un año de altos y bajos, donde al renunciar a su trabajo en Antes que nadie para apostar a una nueva plataforma de streaming llamada Loft junto a su novio Gastón Soffritti se vio obligada a cerrarla al poco tiempo por bajas mediciones, la influencer reconoció que no la está pasando nada bien.
Tal es así que, aprovechando la presencia de Gabriel Rolón en el estudio de Urbana Play, donde actualmente se desempeña como panelista, Candelaria Molfese no pudo contener su angustia y con lágrimas en los ojos y lejos de contener el llanto, compartió: “Lloro porque estoy enojada conmigo”.
“Y no me puedo perdonar. No puedo. Y lo intento. Aparte la vida me pone muchas oportunidades y buenas pero soy muy mala conmigo. Es eso lo que me jode. Y lo relaciono con otras veces que me pasó lo mismo en vínculos. Es como que me pasan cosas buenas pero sigo enojada contigo”, se explayó la actriz.
Pidiendo ayuda o al menos palabras que la orienten en este difícil momento de su vida, la joven influencer manifestó: “No sé como hacer para perdonarme”. Al escucharla, Rolón le devolvió: “Sos muy joven y lograste muchas cosas. Cuando uno en tan poco tiempo logra tanto a veces esa fortuna de haber logrado mucho no te preparó para la cantidad de fracasos que a veces hay que vivir para lograr algo”.
EL CONSEJO DE GABRIEL ROLON A CANDE MOLFESE PARA CALMAR SU ANGUSTIA
“Te llevás por delante un fracaso de algo que era todo tengo éxito y de repente la vida te cruza y te pone un punto de no. Es maravilloso que te lo ponga porque en algún momento te va a suceder. Hay gente que se enoja mucho cuando algo en la vida le dice que no, trabajo, amor, proyecto”, siguió el especialista y analista.
Finalmente, con la atención tanto de Molfese como de Andy Kusnetzoff y su equipo puesto en la devolución de Gabriel, el psicólogo remató: “Parte de la sabiduría que uno tiene que ir adquiriendo en la vida es aprender a respetar y aceptar los no que nos pone el destino. A vos la vida ahora en un proyecto te dijo que no, pasó hoja y te empezó a decir que sí en un montón de cosas”.
“No podés soltar ese punto donde no pudiste. Y te voy a decir algo. Cuando uno no suelta aquello en lo que no pudo corre un riesgo grande que es quedar melancolizar por lo que se perdió o no se logró. Si quedás atrapada ninguna de las cosas que hoy te iluminan te van a dar luz porque la sombra es demasiado grande. Tenes que decirte Cande, perdiste, ¿y qué? Lavarse la cara, vestirse y salir de nuevo”, remató.