Atrapante, a pesar de la salida de los personajes más picantes y polémicos. Gran Hermano mantiene la atención de millones de espectadores, que se prenden a la pantalla para alimentar las mediciones más sorprendentes de los últimos años de la industria.
Dentro de las particularidades de esta edición, que significó el regreso del reality a la televisión argentina, se destaca el rendimiento de Nacho, dado que ha logrado romper, acribillar, desplumar un récord a nivel mundial. Un rasgo del blondo superó todo lo conocido en todas las versiones del show en todo el planeta.
El nacido en España, pero criado en Buenos Aires, se erige en un caso de estudio, a tal punto que los más acérrimos fanáticos del formato hurgaron en los registros para hallar el dato maravilloso. Un comportamiento nunca antes acontecido en este programa icónico.
Todo se remite a la particular repetición de Nacho de caer en las garras de las placas de nominación, en una ratificación de que en la casa lo siguen mirando con resquemor, con desconfianza por su radical cambio de actitud desde que salieron los integrantes de la banda llamada Los monitos.
Esa cualidad de adaptarse, de adoptar una postura más amable para sobrevivir nunca caló hondo en muchos de los concursantes, que semana tras semana lo votan en el confesionario para que configure la temida placa. Empero, el rubio siempre se las ingenia para zafar.
En definitiva, la marca histórica de Nacho se vincula con esa aparición reiterada entre los nominados. El domingo, el novio de La Tora volvió a evitar la eliminación y así llegó al récord de eludir ocho veces la placa. Sí, nunca jamás se produjo un número semejante.
Dentro de todas las ediciones de Gran Hermano en el planeta, Nacho es el único que gambeteó en ocho ocasiones el abismo de la eliminación y continúa en carrera, ahora que solamente quedaron seis competidores por el premio máximo del reality.
