Marixa Balli es una de las panelistas de LAM que se insertó hace unos meses y que tuvo una gran aceptación del público. Sus desafiantes opiniones que tiene en vivo en más de una ocasión la llevaron a estar envuelta en una polémica.
Su aparición en los medios luego de muchos años y de dedicarse al negocio de la ropa, causó asombro ya que no tenía pensado volver a estar en la televisión y sobre todo luego de ser una de las vedettes más emblemáticas de su época.
"La verdad volver no estaba en mi cabeza. En 2010 di un paso al costado porque me agoté. Le tenés que dedicar mucho tiempo a la profesión para discutir, pelearte, defenderte y me cansé", le comentó hace un tiempo a La Nación.
Pero como Ángel de Brito tiene una gran visión para estas cosas y que constantemente está renovando su staff de angelitas, decidió incursionar con Marixa. Su figura fue clave para que se sumara a su ciclo en América.
“Ángel tenía muchas ganas de que estuviera en su programa. La propuesta llegó el año pasado cuando abrí un local en Flores. Ya tenía otros, entre ellos uno grande y hermoso que yo misma había diseñado y que se inundó durante la pandemia porque se rompió un caño del edificio de al lado", deslizó en LAM.
Aunque lo que pocos recordarán o conocerán de Balli, es que ese no es su apellido original. De hecho, ella se llama María Laura Cavalli, pero la modificación la hizo luego de un consejo que le dio Jorge Porcel para que sea más reconocida.
“No, Balli no es mi apellido. Mi apellido está abreviado porque en el año 80 y pico, Porcel me dijo 'tu apellido hay que cortarlo'. Bueno, cuestión que me dice 'o lo abreviamos por acá o lo abreviamos por allá'. Y quedó Balli", confesó la panelista.
De esta forma, el misterio fue revelando por la propia Marixa y dejó de generar suspicacias respecto a este tema. Con ese apellido que se patentó hace tantos años, resulta extraño llamarla Cavalli y no Balli.