Desde el primer día que pisó China supo que su vuelta a la Argentina estaba a la vuelta de la esquina. Sin ir más lejos, pese al contrato de dos años, tan sólo cumplió con 12 meses. Desligado del Shanghái Shenhua, equipo chino en el que jugaba, Carlos Tévez (33) recuperó la sonrisa, su estado atlético y las ganas de desplegar sus gambetas por los campos de juego del país con los colores de Boca. En medio de la pretemporada, el Apache pasó por Mar del Plata acompañado por su familia, su mujer Vanesa Mansilla y sus hijos, Florencia, Katie y Lito. Fueron a la playa y, por supuesto, su presencia no pasó desapercibida.
En medio de las fotos con los hinchas, Carlitos aprovechó para darse algún que otro chapuzón. Ya con la mente puesta en su vuelta al fútbol, en las calles de Buenos Aires el futbolista tampoco pasa inadvertido. Se compró un Rolls-Royce modelo Wraith, que se fabrica a pedido en Europa. ¡Cuesta una fortuna! 340 mil euros. El de Carlitos es el único en Argentina y lo usa hasta para ir al súper. ¿La parte negativa? Una frase desafortunada que dijo en chiste, pero que fue reprobada. Hablando de su familia, llegó a su hijo menor: “A Lito lo llevo al barrio conmigo, a Fuerte Apache. Es chico todavía, pero imaginate, con la madre, los abuelos, que sea el único varón. Si no lo llevo al barrio a que le den un par de cachetazos, está ahí de doblar la muñeca”. Que tome la homosexualidad como una preocupación no fue bien visto y pidió las correspondientes disculpas del caso.
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