La partida de Gerardo Rozín continúa latente en la atmósfera, el vacío de su ausencia duele, así como florecen las vivencias maravillosas con el rosarino. Así como se abrió un campo de complejidad para resolver en el plano profesional.
La producción de La peña de morfi debe afrontar la sensible decisión de seleccionar al reemplazante del periodista, una tarea nada sencilla, que implica una serie de factores muy peculiares para hallar al indicado, que pueda sobrellevar el peso.
En todo ese contexto se encontraba Iván de Pineda, quien atendió el llamado de Telefe para acompañar a Gerardo en marzo, en el comienzo oficial de esta temporada. Una propuesta que aceptó, pero que ahora se diluyó. Así se indagó en los motivos de la baja del modelo.
Las versiones prodigaron y navegaron por diferentes escenarios, como una posible discrepancias con Jésica Cirio, así como de un disgusto de las autoridades por el desempeño. Una teoría que se difuminó con la aparición de Iván para aclarar que no puede asumir el compromiso por la multiplicidad de programas en los que participa.
Claro que de Pineda se juntó con Rozín, ambos grabaron un piloto del ciclo, compartieron el aire. Y ahora se conoció la reacción del hombre de Pasapalabras, a partir del testimonio de Mauricio D’Alessandro: “Yo estuve con él ese día y lo vi muy bajoneado, de muy mal talante. Me dijo: ‘vengo de grabar lo de Gerrado, estoy destrozado’”.
Para ofrecer más detalles, el abogado narró: “Él que es un pibe que siempre está alegre, se ve que había hablado con Gerardo y estaba muy golpeado por la enfermedad. Él asumió ese compromiso por una lealtad con Gerardo, pero no resistía me parece psicológicamente tener que enfrentar eso con Rozín enfermo, me dio esa sensación”.